CULPA AL VODKA DE LO OCURRIDO

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El sonido del teléfono en mitad del silencio de la noche hizo que los ojos de Gabriel Agreste se abriesen lentamente.
Gruñó mientras extendía la mano hacia la mesilla al lado de la cama.
Con la visión borrosa por la falta de las gafas en su rostro, frunció el ceño cuando vio el nombre de André Bourgeois en la pantalla.

—André sabes que te tengo en muy alta estima pero ahora mismo quiero matarte ¿qué ocurre?

La voz del diseñador era más amigable que nunca. Puede que sus palabras no lo expresaran pero André había sido su amigo desde hace muchos años, incluso antes de convertirse en alcalde, incluso antes de que él y Audrey se casaran. Ambos se conocieron en el Instituto. Tiempo después él conocería a su esposa y con ello él triunfó como diseñador y conoció a Emilie...

—Vaya... Hacía años que no sentía tanta cercanía entre nosotros como con esa amenaza. —Gabriel no pudo reír entre dientes mientras frotaba sus ojos en un intento de despejarse.

—¿Me vas a decir para que me llamas a las tres de la madrugada?

—Porque pensaba que te gustaría saber que Nathalie está metida en una fuente con Audrey y no consigo sacarlas de ahí sin que monten un escándalo.

Las palabras del alcalde terminaron de despertar al diseñador.

—Espera... Espera... A ver... Me estás diciendo que por alguna extraña razón que desconozco, mi secretaría y tu mujer que se odian a rabiar están haciendo un numerito en mitad de las calles de París.

—Vale, creo que se me ha olvidado decir que están borrachas.

—Peor me lo pones. ¿Mi Nathalie con tu Audrey? ¿Estás seguro que son ellas?

—Creo que se distinguir a mi esposa Gabriel... Y sí... La otra mujer es "tu" Nathalie... —Gabriel se sonrojó cuando notó que se le había escapado ese "Mi" al referirse a la azabache.

—Mandame la dirección. Estoy allí enseguida.

Y efectivamente así fue. André le mandó la dirección a Gabriel y en media hora y conduciendo por primera vez en años se plantó en la calle.
Bajó del coche, uno de esos tantos que tenía guardados en la mansión sin usar y caminó por la calle de París.

Vio por el camino como Jagged Stone caminaba hacia él sujetando a Penny por los hombros.

—Hola Gabriel. —Murmuró el cantante mientras el diseñador lo miraba —. Si buscas el escándalo del siglo es allá detrás.

—¡Hola Gabeee! —El grito de Penny hizo que Gabriel abriera los ojos intentando contener la risa.

—¿Qué ha pasado?

—Creo que se han pasado un poco con las copas... Me la llevo antes de que acabe vomitando.

—Y yo que pensaba que el loco aquí eras tu. —Jagged rio negando.

—Y yo que pensaba que tu secretaría era tranquilita. —Gabriel rio.

Conoció a Jagged en sus primeros años como diseñador famoso. Se convirtió también en una especie de amigo pero con el tiempo y al igual que le pasó con André esa amistad dejó de ser tan común entre ellos.

Gabriel dejó atrás a Jagged y caminó hacia la fuente donde las risas que tan bien conocía de ambas mujeres resonaban en toda la pequeña plaza.

—Menos mal que es un sitio donde no hay mucha gente.

—Sino mañana salíamos en todos los periódicos Gabriel.

—Calla... Lo que faltaba... Dice Jagged que se han pasado con las copas. ¿Desde cuando estas dos son amiguitas de bares?

One-Shots (GabrielxNathalie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora