NUESTRO PASADO 5

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Salí del despacho cabizbaja pero enseguida unos sollozos inundaron mis oídos. Levanté la vista y lo que vi me dejó sin respiración.

—Gabriel... —Susurré su nombre mientras subía las escaleras y llegaba hasta él. Seguía pegado en la pared con los dedos entrelazados mientras respiraba de forma agitada —. Gabriel... Gabriel... Ey... —Por fin conseguí que sus ojos conectaran con los míos.

Estaban llenos de lágrimas. Hacía años que no veía a Gabriel Agreste llorar.

—Nathalie...

—Estoy aquí... ¿Qué pasa? —Miró hacia la habitación de Adrien y supe que le había contado más sobre nuestra historia en común —. Vamos... Vamos a la habitación.

¿Cómo un hombre de casi dos metros de altura podía ser tan fácil de manejar en estas circunstancias?
Llegamos a la habitación de Gabriel y antes de que me diera cuenta tenía sus brazos rodeando mi cuerpo, pegándome firmemente contra su pecho.

—Lo siento... Lo siento...

—Gabriel...

—Ojalá las cosas fueran distintas... Ojalá jamás haberme ido de París...

Cerré los ojos. Hacía tantos años de aquello y habíamos pasado tantas cosas después que me parecía como si hubiera pasado en otra vida.

—No es bueno vivir en el pasado. —Susurré contra su oído.

Sentí el estremecimiento de Gabriel de pies a cabeza mientras se aferraba a mí de la misma forma que tan familiar me era de nuestros años juntos.

—Podría... Podría haber sido todo tan diferente...

—No lo sabemos...

—Yo sí lo sé. —Se separó de mí, mirándome a los ojos, los suyos seguían empañados en lágrimas —. Yo sí que lo se, querida. —Su mano ahuecó mi mejilla haciéndome estremecer ante el contacto.

—Gabriel...

Se separó de mí, caminando hacia atrás hasta sentarse en el borde del colchón. Me miró y en sus ojos vi de nuevo al mismo chico del que me enamoré y con el que me imaginé mi vida a su lado.

—¿Por qué?

—¿Por qué, qué?

—¿Por qué te quedaste? Nunca me dijiste la verdad...

*FLASHBACK*

—¡Gabriel, cielo! La encontramos. Es perfecta. —Los ojos de Gabriel se posaron sobre mí.

Nuestra mirada vacilaba en el aire pero lo sentía a kilómetros de mí. Me había negado ante su esposa... No sabía de que me extrañaba... Ella era... Bueno... Ella era Emilie Graham De Vanilli... Una estrella del cine... Yo era Nathalie Sancoeur y no era nadie... No por lo menos ya...

—Creo que deberíamos entrevistar a más gente, Emilie.

—¡No, la quiero a ella! —Replicó como una niña pequeña que no le compran lo que quiere.

Pensar que Gabriel puede estar con una persona como ella me pone mala. Jamás lo imaginé como a alguien que sea capaz de cambiar tanto por la fama y el dinero. Sin duda alguna el hombre que tenía delante no era el Gabriel Agreste del que me enamoré.

Me enfadé. No lo niego. Darme cuenta de que me negaba ante los ojos de su perfecta esposa me ponía de mal humor. Así que hice algo que no debería haber hecho. Me metí en la boca del lobo.

—Estaré encantada de trabajar para usted, señor Agreste. Tenga por seguro que lo haré lo mejor que pueda.

Me miró espantado, con la cara desencajada mientras Emilie sonreía triunfante sin saber que ella no había ganado sino que lo había hecho el rencor que en aquellos momentos sentía por su marido...

*FIN DEL FLASHBACK*

—Lo hice para hacerte daño. —Gabriel dejó escapar un suspiro de dolor —. Te odié... Cuando me negaste delante de Emilie de esa forma, te odié con toda mi alma... Así que ahí vi la oportunidad de sacarte de quicio. Te obligaría a vivir continuamente conmigo a todas horas a tu lado, con ella rondando.

—Nathalie...

—Luego tú me pidiste que por favor no le dijera nada a Emilie sobre quién era y cual era nuestro pasado en común. Ahí te odié más.

—Yo...

—Da igual, Gabriel. Da igual. Eso es pasado. Me juré que te ayudaría en todo y aquí estoy...

—¿Por qué? ¿Por qué sigues aquí pudiendo irte? ¿Por qué arriesgas tu vida siendo Mayura por mí?

—Porque en el fondo, sigues siendo mí Gabriel y quiero que seas feliz. La elegiste a ella. Es el amor de tu vida y va a volver... —Aunque yo no entendiera el porqué Gabriel se empeñaba en ello cuando a veces parecía que él y Emilie se llevaban a matar.

—Ella no... —Intentó hablar pero se calló de repente llevando su mano hacia su anillo.

—¿Estás bien?

—Sí... Sí... —Me mira ahogando un suspiro —. Pero te equivocas en una cosa...

—¿En qué?

—Nunca quise negarte delante de nadie. Lo hice por tu bien.

—¿Mi bien?

—Sí... Si Emilie hubiera sabido quién eras y qué significas para mí... Ella...

—¿Me podría haber hecho daño? —Me mira a los ojos meditando sus palabras.

—Emilie podría haber sido capaz de muchas cosas... Me negaba a que tú fueras una de sus víctimas...

—Gabriel... —Se levantó de la cama, poniéndose cara a cara conmigo.

—Nunca podría negarte... Fuiste lo mejor que me pasó en la vida...

Su declaración me dejó atónita. Sus ojos grisáceos volvieron a unificarse con los míos azules. Cielo y mar de nuevo juntos.
Me acerqué a él. Llevaba años necesitando eso pero de repente, antes de que nuestros labios conectaran sentí una fuerte corriente y mi cuerpo fue empujado hacia la pared.
Caí al suelo, aturdida y dolorida.
Oí mi nombre de los labios de Gabriel pero todo se volvió oscuro y perdí la consciencia...

One-Shots (GabrielxNathalie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora