INÚTIL...

1.2K 63 7
                                    

PDV NATHALIE

Mentiría si dijese que estaba contenta con el arreglo del prodigio del pavo real...
Debí sentirme bien, alegre y feliz de que mi estado de salud no fuera a peor y pudiera poco a poco recuperarme pero... Nada de eso valía la pena si perdía todo lo demás...

Agarré la tablet fuertemente entre mis dedos, sintiendo las lágrimas a punto de derramarse por mis mejillas.
Gabriel era ShadowMoth...
Ya no era HawkMoth...
Ya no necesitaba a Mayura a su lado...
Y aquello me destrozaba...

La última vez que vi a Gabriel fue hace cinco días... Vino a contarme que tenía pensado unificar ambos prodigios y que eso le daría seguro la victoria pero hasta el momento no había pasado...
Lo único que había sucedido era que se había olvidado de mí. Ya no me necesitaba. Ya no tenía porqué estar a mi lado, vigilando mi sueño, cogiendo mi mano y asegurándose de que estuviera cómoda.
Me había acostumbrado a aquello. A pensar que Gabriel Agreste pudiera ser capaz de olvidar por un instante su propósito. Sonaba egoísta querer que olvidara a su esposa pero lo necesitaba... Necesitaba pensar que existía la posibilidad de que algo pudiera pasar... De que se diera cuenta de que lo amaba más que a mi vida y que daría lo que fuera por él... Lo había demostrado y creo que él no se había dado cuenta de ello...
Lloré cada noche que pasé sola en aquellos cinco días en los que parecía volver a ser una extraña dentro de aquellas cuatro paredes.
Solo existía una realidad en todo aquello y era que me había convertido en inútil para las manos de Gabriel.
Aquel pensamiento quebraba mi corazón hasta el punto de preferir estar enferma y al borde de la muerte si con ello conseguía su atención o por lo menos sentir que era importante para él...

Aquella noche Gabriel no apareció tampoco. Antes habríamos vivido juntos la derrota y los momentos posteriores.
Me acurruqué en mí misma, con los ojos llorosos y el pecho dolorido.
Temblé. Me sentía peor que cuando sufría las consecuencias del prodigio roto...

PDV GABRIEL

Di vuelvas en la cama una y otra vez. No era capaz de conciliar el sueño.
Me quedé mirando al techo, resignado, reviviendo en mi mente las derrotas que llevaba acumuladas desde que me convertirí por primera vez en ShadowMoth.
Tragué saliva apretando las sábanas entre mis dedos.
Demasiadas derrotas para lo que se suponía que era un poder invencible.

Cerré los ojos suspirando. Aquellas derrotas no eran por el poder... Lo sabía... Era consciente de ello pero no me quería hacer a la idea de ello.
¿Qué me pasaba?
No lo sabía...
El poder no era el problema; el problema era yo.
Mi cabeza no estaba donde debería de estar. Estaba en otra parte. En ella más claramente. No en Emilie... En Nathalie...

Hacia cinco días que no pasaba a verla. No desde que me había dado cuenta de que mis sentimientos por ella cada día estaban creciendo más y no podía poner remedio a ello.
Así que hice lo que mejor se me da hacer: huir.
Huí de su lado. De verla. De sentirla. De todo.

Si dejaba que esos sentimientos me ganaran no podría seguir con mi objetivo... Aunque tampoco es que lo estuviera consiguiendo hasta ese momento...

—¡Ahggg!—Gruñí golpeando mi cabeza contra las almohadas.

Cerré los ojos se nuevo y me dejé llevar por los sentimientos... Los de ella concretamente...
Y me asusté.
Y me sentí un cabrón.
Y supe que la quería... Joder no... La amaba...

Me levanté corriendo de la cama y atravesé el pasillo a la velocidad de la luz hasta que llegué a la puerta de su habitación.
Suspiré y abrí la puerta lentamente.
La oscuridad invadía el lugar pero fui capaz de verla acurrucada bajo las sábanas y sobre todo oí su llanto...

PDV NATHALIE

Me estremecí sin poder para de llorar. Me escocian los ojos y el pecho me dolía profundamente pero entonces lo vi. Una sombra entre la oscuridad con cuerpo de hombre pero que no me asustó, porque lo conocía... Joder si lo conocía...

—Gabriel... —Sollocé su nombre y antes de que me diera cuenta sus brazos me estaba rodeando, pegando mi cabeza a su pecho, acunándome en ellos mientras sus dedos se perdían en mi cabello.

—Lo siento... Lo siento... —Noté sus lágrimas y me aferré a él.

Lo necesitaba aunque me doliera, aunque mañana despareciera. Necesitaba sentir que era importante para él...

—No te vayas... Deja... Deja que crea que no soy inútil...

—Oh Nathalie... —Se apretó más a mí y en aquel momento ambos empezamos a llorar como hacia años que no lo hacíamos —. No... No eres inútil... No es lo que piensas y mucho menos lo que sientes...

—Ya no te soy útil, Gabriel...

—No digas eso... Eres lo mejor que me ha dado la vida en los últimos años...

—No digas mentiras... No soportaría que luego...

—No... Luego seguiré teniendo esa opinión... —Su boca viajó a mi oído —. No me he alejado porque pensaba que eras inútil... Me he alejado porque... Porque... Porque estoy enamorado de ti. Estoy jodidamente enamorado de ti y me da miedo. Me da mucho miedo porque se suponía que esto no debería pasar pero ha pasado y me he enamorado de nuevo, de ti. Porque no soporto la idea de estar a tu lado y de no saber cómo saben tus labios o como se siente tu pelo suelto entre mis dedos. Porque me quema pensar que he estado a punto de matarte. Porque te mereces algo mejor que yo... Que un villano... Que un cabrón que te ha dañado... Porque te mereces más, te mereces el mundo, Nathalie... Y yo... Yo no puedo ofrecerte más que un alma rota... Un hombre dañado... Un hombre al que tú has curado poco a poco...

—Gabriel... —No nos miramos a los ojos, simplemente nos quedamos allí, abrazados.

—Te quiero... —Susurró de nuevo después de varios minutos de sollozos de ambos y reaccioné.

Me separé de el mirándolo a través de la oscuridad.

—¿Emilie? —Fue lo único que pude decir.

Gabriel se encogió de hombros, sollozando y mirando al techo antes de mirarme de nuevo a mí y entonces sonrió. Gabriel Agreste sonrió como hacia años que no sonreía.

—Ella lo querría así... Estoy seguro...

—¿Y tú?

—Hace años que no estoy tan seguro de algo como de esto. Te quiero... —Cogió mis manos entre las suyas —. Te quiero... —Las llevó a sus labios.

Mi cuerpo reaccionó ante el primer contacto de su boca contra mi piel. Ahogué un gemido.

—Bien... Porque yo también te quiero... —Sonrió.

El tiempo se detuvo. Solo existíamos el y yo. Allí. Conociéndonos mutuamente en aquel aspecto.
Y de repente llegó. Ese momento en el que todo dejó de marchar y nuestros labios se encontraron.
Nos besamos...

PDV GABRIEL

Y entonces lo sentí... Mi cuerpo tembló cuando sus labios rozaron los míos. Sabían a lágrimas y a café. A ella... Sabían a ella. A Nathalie...

Enredé mis dedos en su pelo, mi lengua trazó el contorno de su labio inferior.
Dejó escapar un gemido que me hizo estremecer.
No sé cuánto tiempo pasó pero sentí que se detenía a nuestro alrededor, porque ya nada más importaba excepto ella y yo allí; besándonos.

—¿Quieres... Quieres quedarte a dormir conmigo? —Reí en su boca mientras acariciaba su mejilla antes de volver a besarla.

—Me encantaría...

Y aquella noche dormí mejor que nunca... Sobra decir que las siguientes también porque estaba con ella... Con Nathalie...

One-Shots (GabrielxNathalie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora