GEMIDOS

1.7K 61 22
                                    

Oír gemir a Gabriel Agreste era sin duda una de las mejores delicias del mundo.
Ya no solo me refiero a sus gemidos de placer cuando está a punto de llegar al orgasmo, sino a mucho más que eso...
Desde que Gabriel y yo habíamos empezado a tener una relación más íntima había descubierto que sus gemidos variaban depende de su estado de ánimo y circunstancia...

Por ejemplo cuando tiene un día estresante de trabajo suele masajear su cuello de vez en cuando de tal forma que deja escapar gruñidos de dolor más que de placer pero cuando era yo quién ponía mis manos sobre su piel... Todo cambiaba...
Sentía sus hombros relajarse y perdía toda aquella compostura que tanto intimidaba a los demás.
Gabriel cerraba los ojos y se dejaba hacer bajo mis atenciones.
Descubrí que era adicta a la forma en la que sus labios se abrían ligeramente mientras mis dedos presionaban en el lugar indicado, deshaciendo todos los nudos tensos que se habían formado en su cuerpo durante el trabajo.
Aquellos gemidos eran suaves, tiernos e incluso suplicantes para que no cesara con aquella actividad.

Uno de mis gemidos favoritos de Gabriel eran aquellos que venían de la más pura calma en los confines de nuestra habitación.
Cuando dejaba atrás su traje y vestía un simple chandal que jamás imaginé en su cuerpo pero que bien le quedaba...
Entonces se cambiaba de ropa y se tiraba junto a mi lado en la cama, posaba su cabeza en mi regazo y cerraba los ojos mientras mis dedos se perdían en su cabello rubio que ya empezaba a perder el color tiñiéndose de un blanco demasiado sexy que se sumaba a todas esas características que poseía ya para dejar a todo el público femenino sin aliento.
Desordenaba su pelo que tan bien peinado había estado durante el día y dejaba escapar esos gemidos que solo yo era digna de oír.

En cuanto a los gemidos que más os interesan seguro que estarán los sexuales, porque sí... Quién no se haya imaginado a Gabriel Agreste gemir en pleno éxtasis creo que no es digno de vivir... Pero de nuevo... Solo yo tengo el privilegio de oírlos ahora mismo...
Gabriel tenía varios tonos de gemidos de placer.
Uno de ellos era el de la fiera animal que salía de su cuerpo cuando necesitaba fuego... Aquellas actividades sexuales que compartíamos con esas características claramente no son aptas para todos los públicos, de hecho creo que nada de lo que voy a relatar a continuación lo es...
En esos momentos Gabriel Agreste era más hombre que nunca. Gemía entre dientes mientras nos conocíamos de forma salvaje.
Me gustaban... Sentía la satisfacción de tener en mi poder aquellas fórmulas que hacían perder el control a un hombre como él...
Después estaban los gemidos que hacía cuando mi boca trabaja, cuando el simplemente se deja hacer bajo mi dominio.
Normalmente en esas circunstancias, Gabriel mira al techo y se deja llevar sin actuar, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos.
Era una de las mejores vistas que guardaré para siempre en mi retina y de las cuales jamás podría cansarme.
Y después estaban los gemidos de anhelo, de esperanza, de placer y de unión que me regalaba cuando hacíamos el amor de forma suave como si tuviéramos miedo a que de un momento a otro todo desapareciera.
Aquellos eran mis favoritos cuando nos acostábamos porque veía a un Gabriel Agreste dulce, lleno de amor y a la vez veía su versión más vulnerable mientras el placer nos invade.

Pero hay unos gemidos que son superiores a todos ellos... Los gemidos de Gabriel Agreste mientras se ríe.
Sí, Gabriel gime cuando ríe y es algo que muy poca gente conoce, de hecho la primera vez que lo oí reír casi lloro de la emoción.
No lo suele hacer. Gabriel Agreste no ríe de normal aunque debería hacerlo porque os aseguro que con su risa sería capaz de eclipsar todo.
Tal vez sea cosa mía que estoy enamorada hasta los huesos o por lo menos eso es lo que dice él pero yo creo que tengo razón.
Los gemidos de risa de Gabriel son lo mejor que ha dado este mundo porque son exclusivos. Son como esa pieza de colección que llevas años soñando con tener y de repente aparece en tus manos por arte de magia.
Gabriel tiene una forma peculiar de reír. Tiene una risa ronca que te estremece pero que cuando acaba deja paso a varios gemidos entre los cuales se pierde alguna que otra lágrima de felicidad, alegría o diversión.
Creo que aquella primera vez que rio delante de mí en mitad de una guerra de cosquillas en la habitación fue el momento donde supe que no podría amar a nadie más que no fuera a Gabriel, porque sí, porque él era todo y a la vez era nada y así es justamente como me enamoré de él. Como algo que no podía ser nada pero que acabó siendo todo.

Así que después de contarte la forma en la que mi querido Gabriel gime, te voy a preguntar...
¿Alguna vez lo has imaginado gemir?
Y ahora te voy a dar la respuesta...
Sigue imaginando porque yo soy la única que lo va a seguir oyendo...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 12, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

One-Shots (GabrielxNathalie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora