NUESTRA VIDA DESPUÉS DE LA VERDAD...

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Miré desde la lejanía como CatNoir y Ladybug arrinconaban a ese ladrón de bancos que tantos dolores de cabeza nos había dado en las últimas semanas.
Trece robos había llevado a cabo y no habíamos conseguido dar con él hasta ahora.
Un akuma, un rastreo de sus emociones y poom, por fin allí estábamos
Sonreí desde la cornisa del edificio admirando la forma en la que CatNoir clavaba su bastón en el cuello del ladrón mientras Ladybug le ponía las esposas.
Aquella había sido nuestras vidas desde que todo se descubrió, desde el momento en el que nuestros secretos salieron a la luz.

—¿Me dejáis a mí ahora? Este cabrón me ha hecho perder bastantes miles de euros. —Hice acto de presencia viendo enseguida como el ladrón se quedaba blanco al verme —. Oh venga ya, hace cinco años que no soy el villano y aún así todo el mundo me sigue temiendo aunque... Si doy miedo a la clase de gente como tú, sin duda vale la pena.

CatNoir rio mientras dejaba de atacarlo. El ladrón no se movió, asustado de tener a HawkMoth delante de él.

—Venga... Dejaros de tonterias. ¿Lo llevas tú, HawkMoth?

—Será un placer.

Media hora después había dejado a ese ladronzuelo en manos de la Policía mientras yo saltaba de tejado en tejado de vuelta a la mansión Agreste.

—Nooroo, caed alas negras. —el pequeño kwami voló sobre mis espaldas mientras volvía a ser simplemente, Gabriel Agreste.

—¿Cree que deberemos transformarnos de nuevo hoy, Maestro?

—No lo creo, Nooroo. ¿Por?

—¡Duusu y yo vamos a hacer yoga con la señorita Emilie! ¡Creo que los demás kwamis también se van a apuntar! —Puse los ojos en blanco mientras reía y cruzaba la puerta principal de la mansión.

—¡Por fin, los chicos ya pensaban que te habían retenido con él ladrón! —Miré a Emilie descender por las escaleras mientras Nooroo volaba hacia ella —. ¡Hola, pequeñín!

—Por favor, no le llames así. Es uno de los kwamis más fuertes.

—Pero sigue siendo pequeñín, querido. —Sonreí mirando a Emilie.

Esa mujer que durante años había sido el amor de mi vida. La misma por la que me hice el villano de París. La misma que hace cinco años, Marinette consiguió devolver a la vida. La misma de la que me divorcié dos meses después de aquello.

—Bueno, mientras tú y los kwamis hacéis ese ritual de yoga yo iré a ver a Nathalie. —Emilie sonrió terminando de bajar las escaleras mientras Nooroo volaba hacia el piso de arriba —. ¿Qué?

—Nada. Bueno... Solo que... Me alegra verte así...

—¿Así cómo?

—Feliz. Vamos Gabriel. Sé que nuestro matrimonio fue feliz, que Adrien es lo mejor que hicimos y que hiciste de todo para traerme de vuelta pero... En cuestión de compatibilidad... Tú y Nathalie...

—Sabes bien que nunca...

—Oh Dios lo sé... Sé que el hecho de que os enamorarais no entraba en los planes de ninguno de los dos pero era inevitable. —Se acercó a mí cogiendo las solapas de mi chaqueta —. Nathalie es el amor de tu vida.

—Emilie...

—Te quiero, Gabriel. Quiero a Nathalie. Quiero a los chicos y a los kwamis. Gracias a lo que Nathalie y tú hicisteis estoy aquí... Gracias a nuestro hijo y a su maravillosa novia estoy aquí... Gracias a todos estoy viva y jamás tendré las palabras suficientes para agradeceros todo...

—Somos una familia, Emilie... Atípica, pero una familia al fin y al cabo.

—¿Atípica? Gabriel, nuestra familia es más que eso. Por favor parecemos un chiste raro. Vivo con mi ex marido y su nueva esposa, con mi hijo y con su novia pero eso no acaba... Entre todos forman un grupo de superhéroes formado por Ladybug y CatNoir y los ex villanos de París junto con a varios superhéroes más... Y no sólo eso sino que volvi de la muerte después de un hechizo mágico... Osea eso no es atípico, es surrealista.

One-Shots (GabrielxNathalie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora