1

4.3K 349 21
                                    

1 de Septiembre de 1976.

Quinto año. Para Jenna este año era muy especial sacando de lado que cumpliria 16 años, este año sería perfecta junto a Remus uno de sus amigos, este ya llevaba 1 año de Prefecto pero eso le daba igual a la francesa.

La castaña estaba parada en el andén 9 3⁄4 esperando a sus dos amigos con desesperación ya que una de las cartas de su mejor amigo, Sirius Black, no contenía buenas noticias el joven de 16 años había escapado de su casa.

Al reconocer la chica las risas de sus amigos se gira hacia ellos. James y Sirius al verla sonríen pero estas sonrisas desaparecen cuando ven la cara de su amiga. Una cara que en cualquier idioma dice " Los mataré a ambos".

El Black sabiendo que sus minutos de vida estaban contados se esconde detrás de su amigo.

–¡Sirius!- Gritó la chica casi corriendo hacia ellos.

– Jen ¿ Cómo estás? .- dice James tratando de salvar a su amigo.

– Correte cuatro ojos- empuja a James a un lado y abraza a Sirius, él rodea sus brazos en la cintura de Jenna- ¿ Cómo estás?

– Bien, enserio. No te preocupes- contesta rompiendo el abrazo.

– Hubieras ido a mi casa, Sirius.

– Dudo que a tu madre le gustará que esté ahí- La madre de Jenna, Agnes, no le caía muy bien Sirius Black por una sola razón, se acuesta con muchas mujeres.

– Hola James- dijo Jenna.

–¡Hola! ¿ Te acuerdas de mi? soy unos de tus mejores amigos.- contesta con sarcasmo.

– Subamos al tren los demás ya deben estar ahí- Dice Sirius agarrando el baúl de Jenna, algo que siempre hace para que la francesa no tenga tanto esfuerzo llevando su baúl y estuche de violín.

Los 3 adolescentes caminaron por los pasillos hasta encontrar su compartimiento el cual estaba marcado con sus iniciales.

– Hola Rem, Peter- saludo y se sentó al lado de Sirius.

– Hola Jenn, en unos minutos vamos con los demás Prefectos- dice Remus.

– Si Señor.

Jenna se había dormido con su cabeza en el regazo de Sirius, este acariciaba el pelo de la chica. Los cuatro chicos empezaron a hablar en susurros para que la castaña no despierte.

– Amigo ya van 3 años, dile.-Dice James.

– No, ella no siente lo mismo. No me arriesgare- dice Sirius en un susurro. La Hufflepuff se despierta poco a poco levantándose de Sirius.

Los cuatro jóvenes se callaron.

– Jenn, ya tenemos que irnos- Dice Remus levantándose y saliendo del compartimiento.

La chica trata de seguirle el paso de Remus pero no puede y por el apuro choca con alguien.

– Lo siento...– mierda– Regulus...

El la miró como si fuera la primera vez, de arriba a abajo, cuando se dio cuenta de quién era volvió a hacer una pasada completa de su cuerpo sin creerlo. Había cambiado tanto.

El no habia combiado, sus ojos seguian siendo frios, es mas alto, delgado, las facciones de su rontro se marcaban con una gran atractivo sus labios con una rosa palido y su pelo negro largo pero sin tocar sus hombros.

la chica da media vuelta sin decir nada más ¿que podría decir? No hablaban desde que él le dijo "Sangre Sucia" ni siquiera se había tomado el tiempo de descubrir que ella no era nacida de Muggles.

Llegó a la parte de los prefectos, los prefectos mayores explicaban lo que deberíamos hacer: Recorrer los pasillos, podrían restar puntos a las demás casas y más cosas como esas.

Jenna busca a su compañero prefecto ya que no podrá hacer las rondas con Remus, él las hace con Lily.

El otro Prefecto de Hufflepuff es Edward Brown un chico insufrible, cree que todas las chicas están detrás de él, para ser Hufflepuff no es Humilde para nada.

Edward después de escuchar al Prefecto mayor decir que busquen a sus compañeros de rondas,empezó a acercarse. La desesperación hizo que pensara rápido, se lanzó a la melena pelinegra de ojos grises.

El la miró con cara de ¿Porque te pegaste como sanguijuela?.

–Lo siento pero haremos rondas juntos quieras o no, vamos- lo agarro fuerte del brazo y empezó a arrastrarlo por todo el tren avisando que ya deben cambiarse. Luego de 5 minutos el se suelta con fuerza.

– Explicate- su voz hizo que la chica se estremeciera de miedo.

– Es que eras tu o Brown y no es que le tenga miedo no me cae bien es un insufrible y tu...eres tu- dijo lo mas rapido posible.- Dejame ser tu compañera de rondas, por favor Regulus es solo para las rondas, tus amigos ni siquiera se van a enterar.

– Está bien- dijo mirándola, ella sonrió como una niña pequeña saliendo con la suya.

Por unos varios minutos estuvieron en silencio hasta que el hablo.

– ¿Cómo has estado?¿Sigues tocando el violín?- Pregunta algo que él ya sabía. Ya que aveces la miraba tocar el violin en el Lago negro o en la Torre de Astronomia.

– ¡Si! De hecho en Enero tocaré en un teatro de Londres. Si... quieres, estás invitado.- Dijo con emoción. El menor de los Black sintió una pequeña emoción en su pecho y una sonrisa apenas notable se formó en sus labios.

– Te felicito- luego de eso el silencio se instaló en ellos pero ese tipo de silencio que no molesta.

Luego de despedirse, cada una se fue por su lado.

Llegaron a Hogwarts, Jenna con sus amigos caminaban hacia los carruajes.

– ¡James! carrera hasta los carruajes- Grita la chica.

– El que pierde le debe al otro 10 galeones- Luego de eso los dos amigos echaron a correr.

En medio de la carrera el miope se cae así causando una ataque de risa por parte de sus amigos y las personas que pasaban.

– Me debes 10 galeones Potter.- dice Jenna desde arriba del carruaje.

Al llegar al comedor empezaba el ritual que más odiaba Jenna, separarse de sus amigos ya que eran de casas diferentes e ir a la mesa de su casa, Hufflepuff, donde no tenía amigos. Si, sonaba triste pero eso no le afectaba a la chica, prefería estar sola que mal acompañada.

Cuando se sentó en su mesa la hora de la selección empezó, felicitó y vitoreó a los nuevos integrantes de su casa. El banquete empezó.

Mientras comía, Sirius desde la mesa de Gryffindor hacía caras raras o señales con sus manos provocando risas en la Hufflepuff.

Dear, Regulus ≈Regulus Black ≈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora