Dear, Regulus ≈Regulus Black ≈

6

Las lunas llenas para los 5 eran un poco complicado. Los malhumores de Remus y su irritación ya no nos molestaba, entendíamos su molestia.

Me levante temprano ese día y me puse el uniforme amarillo de Hufflepuff. Camine por la sala común  pero me detuve cuando alguien agarra mi brazo.

- Jenna- una chica rubia con lindos- El otro día vi que estabas hablando con Remus...¿tu y el?...

- ¿que? No.

Me solté y sali de la sala. Nunca  me había pasado eso ose si con los demas pero ¿con Remus?. Esto se lo tengo que contar a Sirius.

Fui al comedor y busque a mis amigos en  la mesa de Gryffindor y corri hacia ellos.

- Buenos dias- dije y me senté. Los demás Gryffindor me dejaron de ver raro cuando se acostumbraron que siempre estaría ahí.

- Buenos días, Jenn- dijo Peter mientras devoraba una tostada.

- No saben lo que me paso. Estaba saliendo de la sala común cuando una chica me pregunto por ti, Lunatico. Se ve que tienes mas pretendientes de lo que creías.- dije comiendo mi cereal. Hay momentos en la vida que es mejor quedarse callada, bueno este momento era eso. Remus me estaba mirando, mas bien, fulminando con la mirada- Perdón.

El solo sonrió y no le dio importancia.

Caminaba por las orilla del lago negro. Con mis manos jugaba con un péndulo dorado. Estaba pensando que rápido sucedieron las cosas. Normalmente una relación de amigos tarda en convertirce en pareja.

Ahora lo más raro, Regulus jamás se aparto cuando lo console o lo bese. El creció en una familia fría, Sirius me lo dijo. ¿Porque el se dejaría consolar por una completa desconocida? ¿ Porque confiaría en mi?.

Miro mi mano con el péndulo y como si un foco se prendiera en mi cabeza, todo encajo como un rompecabezas.

Corrí lo más rápido que pude hasta llegar al colegio y atravesar los pasillos. Entre empujando a mi sala común, cuando empeze a buscar en mi habitación lo que yo ya sospechaba.

Mis libros. Los que están llenos de hechizos, tanto letales como sanadores, no estaba. Faltaba el volumen 2, justo el que tiene, en su mayoría, hechizos letales. Agarre con desesperación mi pelo y caminaba por toda la habitación.

El jamás entro a mi cuarto, es imposible. Bueno no tanto, el talvez me lo saco de la mochila.

Que estúpida soy. Encima estaba preocupada para que no perdamos contactos y el me estubo viendo la cara de estúpida todo este tiempo.

Salí de mi cuarto con la sangre hirviendo, lo peor de todo es que no puedo acusarlo ya que se supone que esos libros no existen.

Voy a matarlo. Caminaba a zancadas por los pasillos buscando a Regulus. Mi vista se dirige a un grupo de personas en el patio del colegio, estos reían, saco mi varita y camino detenidamente hacia ellos.

- ¡BLACK!- grito, el se da vuelta con el ceño fruncido- ¡¿Dónde está?!

El más confundido, ladea su cabeza pero se tensa cuando mi varita apretaba su garganta.

- ¿Dónde está?- dije más tranquila.

- No se de qué hablas, Jenna.

El echo de que sus "amigos" me apuntaban con su varita, no pasaba de alto pero ahora no me importaba. Si el tenía el libro se lo daría a Voldemort.

- Si sabes de qué hablo, Regulus

- Ey Dupont ba-

- No te metas, oxigenado.