46

444 49 1
                                    

1979

Ya iba a ser un año desde que nos mudábamos a Francia.

Habíamos elegido una casa pequeña en medio de un prado. Era de mi abuela.

La pasábamos muy bien la verdad. No teníamos que preocuparnos de mucho y el idioma ya lo conocíamos, además los vecinos eran muy amables. Nos cambiamos el nombre por precaución. Yo me llamaba Marinette Hamilton y Regulus se llamaba Claudius Hamilton, nuestra pequeña no había cambiado de nombre solo de apellido. Ahora éramos la familia Hamilton. Dentro de nuestra casa usábamos la magia, aunque afuera no la mostrábamos para nada, hasta teníamos un auto Muggle.

Todo iba bien.

Mi varita se movía sobre la comida mientras esta se preparaba con rapidez. Era la mañana de Agosto 28, eso significaba que Coraline cumplía un año.

El pastel estaba listo. Chocolate decoraba la torta con relleno de chocolate y bizcocho de chocolate. Si, a mi hija le encanta el chocolate. Deje el pastel a un lado y fui directo al cuarto de mi hija. Regulus había salido a buscar a los chicos que pronto llegarían.

Abrí la puerta y las paredes de color lila con celeste me recibieron. Coraline ya había despertado y estaba sentada frente a sus autitos. Me mira con una sonrisa y se levanta del suelo.

Me arrodillo y la recibo con los brazos abiertos. Sus bracitos rodearon mi cuello, mis brazos eran muy grandes per de todas formas la abrazaba.

Jamás podría comparar ese sentimiento. La calidez que ella me daba con solo un abrazo.

—Feliz cumpleaños mi niña.

Escuche la puerta de la casa abrirse y voces alborotadas.

—Vamos, llegaron los tíos. — La agarre entre mis brazos y comenzamos a bajar las escaleras. Entre a la sala y las miradas se dirigieron a nosotras.

Todos gritaron a la vez haciendo que Coraline ría a carcajadas. Comenzó a aplaudir mientras reía. El primero que se acerco fue Regulus quien beso su frente y le deseo feliz cumpleaños.

Luego todos se acercaron en manada con regalos. Por un momento pese que Coraline se asustaría pero paso todo lo contrario quería bajar de mis brazos.

La deje en el suelo y comenzó a gatear hacia mis amigos quienes sonreían y reían.

Una mano conocida de desliza por mi cintura. Me giro y lo próximo que siento son sus labios sobre los míos. Sentí su sonrisa sobre mis labios y nos separamos.

—Buenos días. —Saludo ya que temprano se levantó para ir a la ciudad a buscar a nuestros amigos y no me saludo. Sus ojos grises miraban los míos tratando de decirme algo.

Unas risas me distrajeron y gire hacia mis amigos quien tenía rodeada a mi hija.

Resulta que Coraline había conseguí subirse a la escoba que le habían regalado y además de eso consiguió elevarse.

—Sera una buscadora excepcional. —Dijo James con los brazos levantados. Sirius estaba ayudándola a avanzar en la escoba.

Cuando Coraline atino a caerse corrí a ella pero Remus me detuvo quien a pesar de no jugar Quiddich estaba atento a los movimientos.

—Estará bien. —La niña comenzó a reírse y sonreí. Coraline la estaba pasando bien entre James y Peter. Ambos chicos hacían que avanzara mientras mantenían sus manos cerca de ella por precaución.

James puso una Snich en el aire pero cerca de Coraline. La niña intento agarrarla y con ayuda de James lo logro. Todos saltaron en gritos de alegría por el logro de mi hija.

Cuando se hizo el medio día preparamos el almuerzo. Mientras los demás estaban afuera aun jugando con Coraline. Lily entro por la puerta de la cocina con una sonrisa.

— ¿Necesitas ayuda?

—No, gracias ya casi termino pero si quieres puedes llevar este plato. — Le señale un plato en la mesa mientras limpiaba mis manos.

La pelirroja asintió y tomo el plato pero antes se acercó a mí.

—Jenna...—La mire. Se notaba preocupada. Seque mis manos.

— ¿Si?

— ¿Cómo has estado? —Fruncí el ceño ya que parecía que la chica lo decía muy preocupada. Aunque de todas formas respondí.

—Pues bien, muy bien. Francia es muy tranquila. Me gusta. —Dije y ella agacho la mirada. — ¿Tu estas bien?

La chica levanto la vista y veía sus ojos llorosos. Rápido la abrace y ella acepto.

—Todo en Londres...esta de mal en peor. —Me separe de ella. —Mis amigos, muchos de ellos desaparecieron y otros murieron. —Sollozo. —No sé qué tanto nos costara, ¿A cuántas personas debemos perder para que el pare?

Mi piel se erizo tome la mano de Lily en comprensión ignorando mi sentimiento de miedo.

—Lily, Sé que es difícil. Te entiendo. Esto es una prueba de que tan fuerte somos, él nos querrá atrapar desde nuestro lado más débil que es la familia y amigos pero él no sabe que cada mago y bruja que asesine es una razón más para no parar.

La puerta se abre y entra un Alex con Coraline en brazos. Ambos con una sonrisa.

—Hey...—Su sonrisa desapareció. — ¿Todo bien?

Mire a Lily y esta rápido limpio sus lágrimas. Le señale donde estaba el balo y se fue.

—Sí, todo bien. —Agarre dos de los platos y me encamine afuera con Alex siguiéndome.

Luego de que todos mis amigos devoraran la comida Regulus trajo el pastel de chocolate de Coraline y coloco una vela encima de ella.

Todos comenzamos a cantar mientras Coraline miraba la pequeña vela prendida y aplaudía. Regulus la tenía en sus brazos. Cuando la canción termino ella no supo que hacer asique levanto la cabeza hacia su padre y este soplo la vela.

Todos aplaudimos y ella nos siguió. Alex me pidió que me colora a lado de Coraline y Regulus que nos sacaría una foto. Regulus y yo mirábamos a la cámara mientras los demás trataban de llamar la atención de Coraline para que mirara a la cámara.

Me reí por eso al igual que Regulus.

Ellos jamás cambiarían.  

(...)

Los chicos se habían ido cuando el sol cayó. Limpie todos los platos con ayu8da de mi varita, a todo esto Regulus dormía a Coraline en su habitación. Ambos nos turnábamos para realizar eso ya que Coraline era una niña muy difícil de dormir.

Escuche unos pasos en el pasillo y me giro pensando que era Regulus. Pero realmente no lo era.

Lily entra con una sonrisa.

—Lo siento, es que me olvidaba esto y la puerta estaba abierta. —Dijo mientras agarraba una bufanda verde esmeralda. —A veces el clima cambia mucho cuando estas así, ya sabes.

— ¿Así como? —Pregunte. La chica rio.

—Coraline seguro que te habrá hecho lo mismo. —Se acercó a mí y dejo un beso en mi mejilla. —Pues Harry no deja de hacerlo.

Su mano acaricio su vientre, este estaba notoriamente abultado.

—Bueno, nos vemos, Jenna. —Se despidió y luego se fue por el pasillo desapareciendo.

Santo cielo. 

Dear, Regulus ≈Regulus Black ≈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora