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Las épocas navideñas eran las mejores en Hogwarts, ya que decoraban todo con la temática y parecía un sueño los campos llenos de nieve, aunque a los fanáticos del Quidditch no le gustaba para nada y eso incluía a Sirius y James.

— Creo que Dumbledore lo hace a propósito.

— Si talvez se cayo de la escoba de chiquito.

— Un poco de nieve no hace nada.

Remus y yo nos reíamos de la conversación de Sirius y James.

— Chicos hay una tormenta de nieve fuera- digo riendo.

— ¿y?- dicen al unísono y de nuevo reímos Remus y yo.

Todos tomábamos una tasa de Chocolate caliente  en la saca comun de Gryffindor. Una lechuza llega por la ventana se para en mi regazo, era gris. La lechuza de mi madre, Camille, tenia una carta en la pata y luego de agarrarla y darle una galleta se fue volando.

— ¿Quién es? —Pregunta Sirius

— Mi mama, quiere que pase navidad a allá porque vendrán mis abuelos de vista.

— Noo— Dice James dramáticamente.

Nos reímos todos de la actuación de James. Casi todos las navidades la paso con mi mama o con los Potter.

Miro mi reloj. Xeno me invito a caminar por los patios del colegio. Aunque sonaba totalmente aburrido no lo era, el Ravenclaw era muy conversador cuando quería, hablábamos mucho.

— Ya tengo que irme— Dije para levantarme, dejar la taza en la mesa y abrigarme para salir.

— Ay que se va con su novio— Dice James actuando como si se estuviera besando con alguien , yo agarre una almohada y se la lance.

Sali de la sala común y camine por los pasillos hasta el patio de este. En encontrándome con ese pelo platinado que combinaba bastante bien con su uniforme azul, corrí hacia el y lo abrase por detrás.

— Hola Xeno.— dándole un beso en la mejilla casi de puntillas ya que el era mas alto que yo.

— Hola Jenn ¿Cómo estas?- pregunta para agarrar mi mano y empezar a caminar

— Muy bien...por cierto me encanto el regalo que me diste, es muy lindo.— el hace dos días me había regalado una pulsera con bolitas azules y plateadas y una mariposa de plata, ya que le había contado que me encantan las mariposas.

— Que suerte... no sabia si te iban a gustar o no- dice rascándose la nuca. 

Caminábamos por la nieve del patio y por un momento me suelto de su mano para agarrar nieve y lanzársela. El hace lo mismo y así empezamos una guerra de nieve entre los dos hasta que me agarra de la cintura y me tira al piso. Yo no podía parar de reír pero me di cuenta que estábamos tan cerca que nuestras narices se tocaban. El tomo mi majilla con suavidad y junto nuestros labios suaves en un beso lento y delicado.

— Señor Lovegood, Señorita Dupont. ¿No creen que hace mucho frio para estar fuera?— Al escuchar la voz de Mcgonagall nuestro beso se termina y el me ayuda a levantarme. 

Mi error fue ver al costado de Mcgonagall, Regulus estaba ahí mirando quien sabe desde cuando, desde lejos se podía notar la mirada de odio que le daba a Xeno y su mandíbula ligeramente apretada. 

— Lo siento, Profesora. Es que queríamos jugar con la nieve-  Dice el agarrando mi mano.

— Eso no parecía jugar con la nieve, Señor Lovegood pero no importa vaya a su sala común- El asintió y empezamos a caminar— Pero la Señorita Dupont se queda conmigo.

El me mira y yo le sonrío para luego dejar un beso casto en sus labios y girarme hasta la profesora. La profesora me lleva a su despacho y empezamos a conversar sobre una niña de primero que necesita mi tutoría lo cual yo acepte. 

Caminaba tranquila a mi sala comun cuando me estampan contra la pared. Regulus me estampa contra la pared trato de liberarme pero el agarra mi mano y la aprieta en la pared.

— ¿Que quieres Black?

— Deja de llamarme Black- dice con autoridad a lo que yo levanto las cejas.

— Es tu maldito apellido.

— ¿Qué tienes con ese maldito Ravenclaw?- pregunta cambiando de tema.

— No te incumbe pero si así me soltaras te lo diré- tomo aire— Llevamos saliendo un para de semanas— su apriete en mi muñeca se hace mas fuerte— Es muy tierno talvez le pida que sea mi novio, me gusta— no estaba mintiendo.

Su apriete realmente me dolía, trato una vez mas de zafarme pero de nuevo no puedo.

— Suéltame, Black— Ordeno.

— ¡He dicho que no me llames Black!— Grita poniéndome los pelos de punta.

Como puedo  saco mi varita y la pongo en su garganta, haciendo que afloje su agarre en mi muñeca. Me suelto con fuerza y me voy. El no me persiguió, no se si me dolía o no. Tampoco sabia que me pasaba a mi, era como tener una especie de debilidad. Quiero odiarlo pero no puedo y eso no me gusta. 

Llego a mi habitación en Hufflepuff y apenas toco la almohada de mi cama el sueño me consume.

...

El día que cada uno se iba a su casa para festejar navidad con su familia había llegado. Esperaba a Sirius, James, Remus y Peter en donde los carruajes paraban, hasta que una mano rodea mi cintura. 

— ¿Nos vemos después de navidad?- yo asiento con la cabeza— Suerte con tus abuelos.

—Y tu suerte con tu Mama— Hace unos días Xeno me conto que su madre estaba un poco enferma.

— Gracias...- nos acercamos para darnos un beso pero una mano entre nuestros labios apareció.

— Mucho contacto físico. Me llevare a mi mejor amiga- James me levanto como si pesara igual que una pluma y me cargo como una bolsa de papas.

— Nos vemos, Xeno.- Le grite al rubio.

 Nos subimos al carruaje los cinco con Lily, algo que me parecía un poco raro. Yo hablaba bastante con Lily, teníamos varias cosas en común y lo que mas le gustaba hablar es de como le molestaba estar soportando el constante coqueteo de Jamas que sinceramente para mi era una especie de acoso oculto, lo cual se lo hice ver a James repetidas veces.

— Escuche que sales con Lovegood ¿Es cierto?- pregunto y yo sonreí.

— No exactamente, jamás me dijo que sea su novia pero no lo se.

Bajamos del carruje para subirnos al tren. Durante todo el viaje hable con Remus y leía hasta que me duermo. Siento un pequeño empujón y me despierto era Sirius.

— Ya llegamos, vamos- dijo y me extendió su mano la cual agarre.

Baje del tren y lo primero que veo es el pelo rojizo de mi abuela y la sonrisa de mi abuelo, corrí hacia ellos y los abrase, hace tanto que no los veía.

—Mi niña, tanto tiempo- dice en un francés marcado.

— Yo también te extrañe- dije en francés con lágrimas. Hace mucho que no los veía.

Después de abrazarnos y saludar a mi madre nos fuimos a mi casa.

Mi casa era más bien una mansion muy grande para mi madre y yo. Está se ubicaba en un lugar desolado con una pequeña playa.

Entramos a mi casa y lo primero que hago es ir a mi habitación y cambiarme. Bajo a la cosina cuando mi madre me llama.

— ¿Que pasa madre?- digo.

— Apagtig de ahoga- dice mi abuelo en español, retengo una risa— Hablagemos en espagol.

Me río con mi mamá. Me gustaba estar en casa con mi familia. Los extrañaba demaciado.

Dear, Regulus ≈Regulus Black ≈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora