20. Helios y Selene

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Youngblood - 5 Seconds of summer

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Youngblood - 5 Seconds of summer

Caminé de un lado a otro en el pasillo adyacente al cuarto donde Andrew se encontraba

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Caminé de un lado a otro en el pasillo adyacente al cuarto donde Andrew se encontraba. A pesar de que la herida ya había sanado, Clare le recomendó que descansara un rato. Y de paso nos dijo que los hipocampos estaban en buenas manos y pronto tendríamos buenas noticias.

Buenas noticias.

Ya no sabía qué era una buena noticia.

Di vueltas de un lado a otro, vigilando la puerta de la habitación como un perro guardián. Impaciente, ansiosa.

Una vez llegamos al templo y tuve tiempo para calmarme y respirar caí en cuanta de lo que le dije a Andrew. Y me sentía fatal. Por supuesto, el que me arrepintiera de haber discutido con él no borraba el hecho de que lo que dije fue verdad.

Y tal vez esa era la peor parte: tanto lo que él dijo en las cuevas como lo que yo le dije en el fondo del mar, era verdad. Una horrible verdad que siempre estuvo ahí.

No sabía qué decirle cuando lo viera, ni con qué cara mirarlo. Y llevaba todo ese tiempo pensando en algo coherente qué decirle. En ese momento la tensión entre nosotros se podría cortar con una tijera, y se sentía horrible estar así de nuevo.

¿Qué me estaba pasando? Estaba celosa de At, siempre me sentí incomoda en ese tema, pero explotar de la forma que lo hice... No era algo que me esperaba. Apreciaba a At, era la única persona que tenía para que me instruyera a falta de Astra, y yo sabía que no era tan mala como lo creí en un principio. La llegué a querer, y aun así...

¡Ahg! No tenía caso pensar en nada de eso.

Quería entrar y solucionar todo con él, el problema era que aún no sabía qué decirle.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que cuando mi palma vibró no solo pegué el brinco, sino que casi desenfundé mi espada. Me tomó un segundo caer en cuanta de que se trataba de una llamada de mi intercomunicador.

Respiré aliviada, notando que recientemente estaba más sensible que de costumbre, y alejé la mano del mango de mi espada justo antes de contestar.

Kamika: Dioses OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora