23. Reina primavera

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Wolves - Selena Gomez, Marshmello

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Wolves - Selena Gomez, Marshmello

Dejamos la estrategia de las sombras atrás

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Dejamos la estrategia de las sombras atrás. En su lugar corrimos por la parte trasera más alejada del abismo que las ruinas nos ofrecían. El terreno era traicionero, los ojos de los demonios estaban sobre nosotros a cada paso, y los Vigilantes aun nos seguían aunque no pudiéramos verlos.

Nuestra única ventaja era la velocidad y la agilidad que poníamos en nuestros saltos y carreras, pues en ese punto todo el mundo estaba buscando a los cuatro fugitivos en capas negras que se ocultaban en las sombras.

Había muchas almas sueltas por ahí sin supervisión, pues todos los Vigilantes estaban en la labor de buscarnos y tampoco a nadie parecía preocuparse por ellas; salvo los Simuladores, ellos las seguían de cerca, pero me daba la impresión de que más que vigilarlas querían comérselas.

Me concentré en mis movimientos, en seguir el paso de Niké al frente y no alejarme demasiado de los hermanos. Todo el recorrido parecía un mal videojuego de aventura. Había obstáculos en el camino más allá de los Vigilantes y los demonios, también debíamos evitar a los Voladores y lidiar con el terreno.

Y además las pequeñas partículas de fuego que volaban por todas partes quemaban mi piel en ocasiones, dejándome la mala sensación pasajera de una quemadura. Oía su sonido en mi piel, el olor a quemado y a azufre se mezclaban en mi nariz, y el calor cada vez era más sofocante.

Un mal paso y caía, una mala dirección y los Voladores me verían, un mal tiempo y captaría la atención de los Vigilantes.

Para cuando dejamos atrás las ruinas y comenzamos el campo abierto, ya no sabía cómo pasaríamos desapercibidos. No había sombras ni muros que nos cubrieran, y con nuestras capas seriamos un blanco fácil para los Voladores. Si algún demonio llegaba a captarnos al segundo siguiente estaríamos rodeados de Vigilantes.

Pero nada de eso me preocupaba. Mi única angustia era Kirok, lo que le podría pasar en esos minutos de separación. Temía más por su vida que por la nuestra, pues al menos nosotros contábamos con el conocimiento de At y la capacidad de análisis de Andrew. Pero él estaba solo.

Kamika: Dioses OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora