Epílogo

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Get My Way - Vosai, RIELL

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Meses después

Antes todo era más fácil. El orden era dictado por dioses y aquel humano que se atreviera a rebatir un hecho tan innegable era castigado con cosas peores que la muerte.

Él era considerado uno de los dioses más importantes, más respetados. Su voz era ley. No estaba debajo de Zeus, se ubicaba a su lado. La distorsión de la historia cambió mucho ese hecho, dejando a Zeus como único dios supremo. Lo cierto era que él se ocupaba de todo cuando Zeus estaba ocupado concibiendo más semidioses y mantenía el orden cuando Hera explotaba a causa de las infidelidades de su esposo.

Adoraba su trabajo. Formar ríos y crear océanos era su pasión, adoraba llevar la lluvia cuando recibía oraciones de los humanos, le tranquilizaba saber que era más que útil, era indispensable. Le enorgullecía el hecho de que no pudieran vivir sin él.

Pero ahora todo era diferente.

Las cosas cambiaron tanto en pocos siglos que su memoria estaba rota. Conservaba la mayoría de sus recuerdos, al igual que gran cantidad de su poder original, pero con el paso de innumerables vidas olvidó muchas cosas. Olvidó lo que se sentía ser adorado, olvidó lo que sentía tener el poder de crear.

Cientos de vidas, demasiadas muertes, millones de recuerdos. Cada cosa que vivió en todos esos siglos se acumularon en su cabeza de tal forma que las pesadillas eran más intensas por periodos. Odiaba eso, los vestigios de su primera vida, aunque hermosos, solo le ocasionaban problemas.

En momentos como ese, mientras Evan caminaba por el pasillo principal en completa soledad y silencio, no podía alejar algunos recuerdos de su cabeza. Porque no podía olvidar lo hermoso de su primera vida, pero los horrores cometidos en ella lo perseguían como fantasmas.

A veces aparecían de una forma tan espontanea que le era muy difícil mantener bajo control el clima, eso solo lo hacía sentir más culpable.

Otras ocasiones ni siquiera sabía quién era.

Su memoria era como una larga película sin fin, con tantos archivos almacenados que sentía que explotaría en cualquier segundo. Pero a pesar de conservar la memoria de cada una de sus vidas, se aferraba a la última identidad que recibió por parte de las personas que le dieron su familia actual.

Kamika: Dioses OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora