Little game - Benny
Aquella persona se encontraba frente a Pandora, de pie ante su trono mientras la mujer tomaba una copa de vino. La Amazona que le abrió la puerta le dijo previamente que debía referirse a la primera mujer como reina, y eso implicaba todos los tratos dignos de una soberana; así que le ofreció una pequeña reverencia, provocando una media sonrisa de satisfacción en el rostro de la mujer.
—Así que conoces a los Dioses Guardianes —dijo Pandora con genuino interés.
La persona frunció el ceño. Su corazón le golpeó el pecho con fuerza.
—Es correcto, personalmente. Y estoy aquí para servirle.
—¿Por qué, alguien como tú, quiere servirme? —El tono que usaba la primera mujer era confuso. Un tono suave, tranquilo, pero que escondía tras sus palabras una personalidad retorcida. Sus ojos... el mirarlos directamente era como ver dentro de una tormenta, a pesar de que en apariencia la mujer lucía como cualquier otra deidad.
Eso solo provocó que un fuerte escalofrío recorriera el cuerpo de aquella persona. ¿Qué tan deformada tenía que ser un alma para tener ojos así?
Sin embargo, a pesar del miedo que sentía, no iba a retroceder. Había tomado una decisión, y aunque tal vez fue por impulso no iba a desistir ahora que se encontraba frente a Pandora. Era arriesgado, lo sabía, y no podía confiar en ella o terminaría como Hades, pero era un riesgo que debía correr.
Sus motivos todavía no los tenían del todo claros, quizá era por venganza, quizá solo era realista y sabía que una guerra de esa magnitud no la podrían ganar los Dioses Guardianes ni con todo el Olimpo como respaldo. O tal vez se trataba de envidia. Por la razón que fuera, su decisión había sido tomada.
—Porque no soy idiota —contestó—. Soy más inteligente que los demás y tengo visión. He visto sus planes, desde que apareció Hades la he investigado; sabía que algo andaba mal. Conozco sus intenciones y sé que me necesita, tanto como yo a usted.
Pandora sonrió, con diversión y complacida. Podía sentir el poder que poseía la mujer aun desde auqella distancia de varios metros. A veces era abrumadora, como si se le escapara por accidente, y mucho más grande que la de Hades. Esa mujer... esa confianza y seguridad... no eran en vano. Por un momento aquella persona tuvo miedo de lo que esa mujer era capaz de hacer.
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Kamika: Dioses Oscuros
FantasyDespués de la tempestad, viene la calma, o eso era lo que Ailyn quería creer; sin embargo, las cosas nunca podían estar bien siendo lo que era y con un enemigo desconocido muchos pasos por delante de ellos. Un mes había pasado desde Aqueronte, y des...