16.1. Velada a la luz de las ninfas

363 42 31
                                    

My love - Sia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

My love - Sia

No alcanzaba a ver los rayos de Helios, pero a juzgar por la luz del ambiente y el aumento de fogatas supe que dentro de poco caería la noche selene

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No alcanzaba a ver los rayos de Helios, pero a juzgar por la luz del ambiente y el aumento de fogatas supe que dentro de poco caería la noche selene. La luz rosada del ambiente me indicaba entrada la tarde, algo que me recordó mucho a la Tierra... vaya que extrañaba mi hogar, más aún en ese momento.

El campamento era impresionante. Cientos de ninfas se movían de aquí para allá, y supe que las que nos rodearon en el bosque apenas eran una pequeña porción de la totalidad de oréades que vivían ahí. Al pasar se nos quedaron viendo, mientras las que sabían lo que ocurría ponían al tanto a las demás.

Oí exclamaciones, miradas de perplejidad y preocupación, y todo el mundo se quedó en silencio, observando cómo avanzábamos por aquel campamento de ninfas. Me sentí como una atracción de feria con todos esos ojos sobre nosotros, todos ellos demasiado intensos.

El lugar tenía algunos puntos específicos, como una gran hoguera que estaba en el centro de todo o una choza hecha de ramas y lianas que era más grande que las demás, pero todo lo demás lucía como un campamento de entrenamiento militar.

Alcancé a ver una pista de obstáculos, un corral con algunos pegasos bebés y niñas ninfas intentando controlar las raíces de un grupo de árboles pequeños. Incluso me pareció ver a un fénix volando cerca, pero quizá lo imaginé.

Un olor dulzón impregnaba el aire, producto de los laureles, y hacía calor, como si el calor de los soles se hubiera encapsulado en ese lugar. Le daba un toque húmedo al ambiente, más boscoso. Y debido a eso la tierra de encontraba mojada, aunque no tenía del todo claro si en Kamigami llovía, embarrando mis zapatos.

Había algunas ninfas practicando magia de ataque, pero en cuanto nos vieron se detuvieron para observarnos con toda su atención. Otras hacían crecer las plantas en un rincón lejano, pero igual que todos solo nos miraron. Todas vestían de forma similar, pero con grandes diferencias en su apariencia.

Lo cierto era que el lugar tenía muchas áreas para diferentes actividades, y las ninfas iban de un lugar a otro entrenando, preparándose para la guerra. Eso resultaba ser bastante conveniente.

Kamika: Dioses OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora