9.2. Pedir perdón

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Bird Set Free - Sia

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Un descanso y lo que yo sentí como seis horas después, At nos informó que nos encontrábamos cerca del hogar de las Musas

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Un descanso y lo que yo sentí como seis horas después, At nos informó que nos encontrábamos cerca del hogar de las Musas. Avanzamos unos metros, desviándonos ligeramente del camino casi recto que At nos guiaba, y al hacerlo noté algo que había visto antes en ese bosque pero que no le había dado tanta importancia.

Cuando descansamos para comer mucho después del desayuno me pareció notar un movimiento anormal en uno de los árboles cercanos. Vi lianas moverse como si se trataran de serpientes, y hojas verdes moverse en la tierra como si fueran hormigas. Y eso era lo que volví a observar por un breve momento.

Giré mi cuello hacia la derecha, captando el momento exacto en el que las raíces de un árbol cercano retrocedieron, justo en el instante en que mis pies pisaron el sitio donde se hallaban. Parpadeé varias veces, y dejé de hacerlo cuando asimilé la idea de que en ese mundo todo era posible.

—At... —llamé, ganándome su atención—. Este bosque, lo que dijiste sobre que era cobarde, ¿tiene alguna característica especial que debamos saber?

Niké sonrió con malicia, divertida e interesada, sin rastro del golpe que afectó sus dientes y con una dentadura perfecta, mientras At tan solo me miraba.

«—Todos los bosques de Kamigami tienen características especiales si a eso te refieres. —Al observar mi rostro de inconformismo agregó—: No han visto aves ¿verdad? O algún otro animal desde que atravesamos el portal. Eso es porque el bosque en sí mismo es un habitante de Kamigami. El Bosque de la Lira tiene vida propia, existe como un individuo; si has visto las lianas moverse, o a un árbol cambiar de ubicación, se debe a eso. Son muy pacíficos, por eso son tan cobardes.»

Me tomé unos segundos para asimilar la nueva información, igual que Cailye a juzgar por su expresión.

Entonces, la música llegó a nuestros oídos antes de notar la repentina oleada de luz que cubrió el ambiente. Pareció que los soles se abrieron paso a través de las hojas de los altos árboles, pero eso no fue lo que en realidad pasó.

Cruzamos algunos árboles, siguiendo a At hacia la intensa luz del sol que parecía querer bañar el bosque, y tras una que otra rama nos topamos con lo que estábamos buscando.

Kamika: Dioses OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora