Miraculous: New Heroes, The greatest miracle

Capítulo 32. Bloody Rose. Parte 1

Los personajes de Miraculous Ladybug no me pertenecen, son propiedad de Thomas Astruc.

—Hablan—

—Piensan—

"Recuerdos"

.........

La joven se encontraba cepillando su cabello volviéndose a mirar al espejo una vez más, pensando en cómo es que las cosas habían cambiado de repente. No dijo nada, no le contó a nadie y, sin embargo, Adrien sabía su condición; no se lo había dicho directamente, pero empezó a sospechar desde que, hace un par de días, el chico le entregaba algo de comida a la hora de receso, cuando ella lo encontraba desayunando o cuando era hora de la cena, si ella no bajaba a comer o a cenar entonces el subiría algo de comida. Solo esperaba que no le dijera nada a su madre. Se vistió rápidamente, sin olvidarse de llevar consigo a Maitti; lo positivo de todo eso, es que podía alimentar a su pequeña amiga sin problemas. Tocaron a la puerta y la azabache abrió sin hacer esperar a aquel que llamaba.

—Adrien. —Dijo la joven.

—Buenos días Soleil. ¿Ya estas lista?

—Hummm...— La chica no entendía, aún tenían bastante tiempo como para ya irse a la escuela, no obstante, decidió no decir nada. —Bu-Buenos días. S-Si, solo tomaré mis cosas y podremos irnos.

Él rió. —No me refería a eso. Lo que sucede es que me gustaría que me acompañaras a desayunar. Se que no has desayunado porque no te vi en el comedor con la señora Odile. Y... ella ya se fue a trabajar al igual que mi padre, Nathalie está trabajando en su oficina y no sé dónde está Gorilla, así que no hay nadie. Entonces que dices ¿Puedes acompañarme? —El chico sonrió. —Perfecto no puede poner excusas. —La chica lo pensó un poco, pero al final aceptó. Al verla asentir él volvió a sonreír. —Genial, entonces vamos.

Una vez estando en el comedor, les sirvieron el desayuno, que era completo, pues era una de las comidas más importantes del día. Ambos comenzaron a degustar su comida, no obstante, Soleil presentaba el mismo problema desde días atrás cuando había empezado a comer con regularidad, y ese era el no poder terminar con su porción. Tenía una idea de lo que le estaba pasando, y ciertamente era un gran problema, debió de haberlo previsto; el no comer adecuadamente por un tiempo había provocado que al momento de regresar a una alimentación normal se le dificultara, pues ahora consumía menos alimento y si intentaba comer más lo único que lograba era vaciar su estómago en el inodoro, su cuerpo parecía rechazarlo ¿Cómo le diría a su acompañante que no quería seguir comiendo?

—A-Adrien

— ¿Sí? —Dijo con una sonrisa.

—He terminado. —Ya está, lo dijo.

— ¿De desayunar? —Vio como ella asentía

—Pero tu plato aún tiene comida. — Dijo preocupado. Aún tenía la mitad de la porción. Había estado tratando que ella comiera con más regularidad, pero estaba consiente que él no era un médico; de igual forma, había llamado a la señora Coste varias veces, pero nunca contestó. No le quedaba de otra más que decirle a Nathalie y ver como se desarrollaba todo. — ¿No tienes hambre?

—La verdad no —Bajo la mirada.

—De acuerdo. —Intentó sonreír. —Entonces pediré que preparen nuestro almuerzo, así podrás comer cuando tengas hambre.

—S-Si. Muchas gracias.

—No es nada. —Sonrió. —Entonces ¿Podrías adelantarte y decirle a Gorilla que estaremos listos en 10 minutos por favor?

—Claro. —Ella se retiró y fue cuando Adrien se apresuró a terminar sus alimentos para después ir con Nathalie y pedirle ese favor. Una vez que terminó su desayuno, fue a la oficina de la pelinegra.