—Te tardaste mucho—. Su voz es la misma con la que me hablaba antes cuando nos conocimos.No le respondo.
—Suéltame—. Lo miro seriamente y algo en él cambia, no sé que es, pero su mirada es diferente.
—¿No pensabas decírmelo?—, me lo pregunta cómo si estuviera ofendido y dolido.
No le respondo. Joder. Me descubrió. Ya no puedo hacerme la loca.
—Suéltame ¿si?—, lo hago dudar y lo consigo porque saca unas llaves diminutas del bolsillo y la inserta en la pequeña abertura de las esposas. Al escuchar el Click de las esposas abriéndose y desprendiéndose de mi muñeca, me alejo de él.
—Olvídate de esto—. Señaló el pequeño espacio que nos separa—. Olvídate de lo que viste.
—No puedo—. Parece como un ruego.
Mi corazón se acelera y parece que se va a salir de mi pecho cuando se acerca y posa su mano en mi mejilla. No lo alejo. No puedo.
—Regresaste—. Su voz está cargada de amor o eso es lo que yo quiero creer.
Cierro mis ojos.
—No volvamos a esto.
Me estrecha entre sus brazos y acaricia la parte trasera de mi cabeza.
—Regresa a mi, Jennifer—. Me presiona más a su cuerpo.
No me muevo, no hago nada. Hasta creo que no respiro por unos minutos
—Regresa—. Lo susurra y siento que el mundo se me cae en pedazos.
Esto no era lo que yo necesitaba ahora. Tenía que seguir con el plan, pero ahora quiero cometer algo que se que hará que todo se vaya a la mierda, que pone en riesgo su vida y la mía.
—Tú sabes que yo no puedo—. Intento alejarme de él—. Me traicionaste.
Me separo de él y lo miro con odio. No puedo. Él no me ama, así como yo lo amo. Esto no va a funcionar.
—Te metiste en esto—. Me recuerda, siempre lo ha hecho—. Los Blood es una sentencia de muerte, pero siempre quieres meterte en lo prohibido, en lo que no te conviene.
—Tú hermano me violo—. Esas palabras queman, rasgan mi garganta.
Sus ojos se agrandan como si fuera un búho y lágrimas tientan con caer de mis ojos.
—Y lo mate pero ahora los muertos vuelven a la vida ¿verdad?—, lo miro molesta—. Tú lo salvaste.
Sus ojos grises se oscurecen y se acerca a mi de una manera amenazante.
—Es mi hermano.
Niego con mi cabeza.
—Y yo era la puta con quien tenías sexo a la hora que querías.
Me grita y por instinto doy dos pasos hacia atrás.
—Si hubiera sabido que él te hizo eso, yo mismo lo hubiera matado.
Me rio.
—Sobretodo tú— me dirijo a la puerta—. Olvida esto, olvida lo nuestro y metete en tus asuntos.
—No voy a dejar que te maten.
Antes de salir, me giro y suelto lo que tanto me ha dolido.
—Desde hace mucho dejaste que me mataran—. Él intenta acercarme pero no lo permito—. No volveré a que me lastimes.
—¡Jennifer!—, me llama y lo escucho—. No voy a permitir que te maten.
Una media sonrisa adorna mi rostro y decido creerle, aunque sea un poco.
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Una vida llena de secretos
Romance[Borrador] Por el abandono de sus padres, Jennifer se ve obligada a irse a vivir con sus tíos paternos en Berkeley california. Ella esconde muchos secretos unos más oscuros que otros. Jennifer conocerá un grupo de amigos que la harán volver a creer...