Capítulo 5

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—¡Jennifer, levántate! —, me remuevo incomoda.

—Déjame dormir.

—Llegaremos tarde a clases.

Abro mis ojos automáticamente y me levanto de la cama de golpe. Mala idea, mi pie queda atascado en la sabana y caigo al piso.

—¡Auch!

Jonathan se ríe y me ayuda a desenredar mi pie de la sabana. Ya estando de pie como una persona normal veo lo que traigo puesto.

—No puedo ir al colegio así, Jonathan

Bajo la mirada a mi ropa.

—Te ves bien. Puedes llevar mi sudadera para que no andes sin sujetador por el colegio—. me sonrojo.

Si me está diciendo esto es porque ya vio mis tetas. Me agarro la cabeza y me doy una bofetada mental.

—Ya las viste ¿no?

—¿Ver qué? —, levanta una de sus cejas y toda su expresión es de diversión.

No sé porque no puedo decir la palabra "tetas", pero verlo ahí con una sonrisa divertida, su mirada picara y esa sonrisa no me deja decir ni una sola palabra.

De un movimiento rápido me sujeta de la cintura y acerca sus labios a mi oreja para susurrarme:

—No te preocupes, mi cielo. Que no te de vergüenza no tienes algo que no haya visto ya.

Lo empujo librándome de su agarre. Será descarado. Idiota.

—¡Serás idiota! —, enojada le grito.

Salgo de su habitación y voy a la de invitados, recojo mis zapatos y me los pongo con el enojo recorriendo cada célula de mi cuerpo. No sé porque me enojo, pero eso llego a mi orgullo y yo llamándolo ayer para que me ayudara. Menuda pendeja soy.

Salgo del cuarto y me dirijo a la salida, antes de abrir la puerta Jonathan me agarra de la muñeca y me pega a su pecho.

—¿Por qué te enojas? —, menudo idiota también.

—Suéltame si quieres seguir teniendo tus bolas, imbécil—. forcejeo con su agarre queriendo soltarme de sus brazos.

—¿Te molesto ese comentario? No te mentí, no tienes nada que no haya visto.

—¡Me quiero ir! ¡Suéltame! —, me suelta dejándome ir.

Salgo de su departamento y me dirijo a mi casa caminando. Me siento humillada, amo mi cuerpo, estoy conforme con lo que Dios y los genes de mis papás me dieron, pero que él menospreciara mis tetas me saco de mi orbita, no espera ese comentario de Jonathan.

Llego a la casa y entro cerrando la puerta. Reviso la casa y no veo ninguna ventana rota, ni ningún adorno roto. Juraba que me encontraría la casa vuelta culo, pero esta igual como mi tía la dejo. La casa está sola, eso significa que mis tíos todavía no han llegado.

todavía no se me olvida el menudo susto que pase ayer, voy averiguar quién entro aquí, pero el problema es que no se si contárselo a mis tíos. Lo lógico sería esperarla y decirle todo, pero no sé porque tengo el presentimiento de saber quién fue, pero no quiero hacer falsos testimonios hasta estar seguro.

Después de tomar una ducha y vestirme lo más rápido posible me dirijo a la escuela. Me perdí la primera clase y voy al salón de pintura. El salón se encuentra vacío, entro y agarro un lienzo para distraerme. Me siento y agarro un lápiz, no sé qué voy a dibujar por eso empiezo hacer varias líneas y empiezo a dibujar lo que se me parezcan esas líneas.

He dibujado mariposas, un gato y una taza. Ya tengo el tema de mi cuadro, en el centro empiezo a dibujar un gato de espaldas, en la parte superior dibujé varias mariposas y al lado derecho del gato hice una taza. Me gusta el resultado, veo la hora y ya no me va a dar tiempo de pintarla, seguro venga más tarde y la termino.

Una vida llena de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora