Un lunes insípido como cualquier otro. Son las cinco de la mañana y ya estoy vestida con mi uniforme de la secundaria Harvey Higth School. Salgo de mi cuarto para ir a desayunar, bajo las escaleras, llego a la cocina y me parece extraño no encontrar a mis papás para desayunar juntos.
Me parece extraño no verlos aquí. Desde que soy una niña desayunar juntos es como una regla. Para nosotros es algo sagrado empezar nuestro día desayunando juntos, nos hace feliz que al salir por esas puertas sabemos que tenemos una familia unida, llena de amor y respeto. Me encanta desayunar con mis padres es como empezar el día con el pie derecho.
Nicolás Evans es mi papá, dueño de un bufete de abogados. Admiro como trabaja no es fácil ganar cada caso y más cuando se ocupa de casos de violación, secuestros, homicidios entre muchos más.
Mi mamá en cambio es chef, pero no cualquiera. Anastasia Evans dueña y chef del famoso "The Flatiron Room"
Después de desayunar, salgo de la casa y me monto en mi coche. Me coloco el cinturón de seguridad y prendo la radio dejando que la voz de Ruel me acompañe en todo el camino.
Llego a la secundaria y cuando me estaciono, me voy directa al salón de clases, sin mirar a nadie. Algunas personas levantan sus manos como saludo y los copio sin niños de entablar alguna conversación con ellos.
Como odio estudiar aquí. Me enoja que subestimen a los demás, te hagan menos por si tienes o no dinero; si eres inteligente o no, por cualquier cosa te discriminan. Conmigo ya lo hicieron diciendo que como tengo papás con dinero y reconocidos ya tengo mi vida arreglada, yo no pienso eso de mí, no quiero vivir del dinero de mis padres, quiero estudiar una carrera, ganar mi propio dinero, ahorrar y comprarme mis cosas. Por eso dejo que las personas hablen porque, aunque les diga mi opinión, van a pensar lo que ellos quieran.
Le comenté a mis papás de esa situación, porque me incomodaba, hasta le había pedido a papá que me cambiara de colegio. Enserio pensé que iba a tener su apoyo y me equivoqué lo único que me dijo fue <<Ahí estudiamos tu madre y yo, y ahí estudiaras para no ser una persona mediocre>>. No saben cuánto me molesto ese comentario tan ignorante, pero lo deje pasar para no tener un problema, ya que solo me queda un año y me voy a la universidad.
Llego al salón y me siento de primera en la fila derecha, me encanta sentarme aquí porque al voltearme se encuentra un gran ventanal que deja a la vista las canchas donde ahora trotan alumnos. Llega el profesor y empieza a dar su clase.
Llevo 30 minutos en esta clase y mi cerebro va a explotar, enserio no sirvo para los números, lo intento, pero no lo capto. Suena la campana que significa que termino las clases, recojo mis cosas y salgo del aula, hago un bailecito mental de festejo de que ya no tenemos matemática sino hasta el viernes.
Ahora, me dirijo a mi clase de pintura. A mitad del pasillo me encuentro con Esteban, mi novio. Un chico que estuvo conmigo en una situación difícil de mi pasado y que poco a poco se ganó mi corazón.
Esteban me dio ánimos de salir adelante.
Él me ve de lejos y se despide de sus amigos, caminando hasta donde yo me encuentro. Llega a mí y deja un beso en mis labios, se separa de mí, pasa un brazo por mis hombros y me atrae a él.
— ¿Cómo estás? —, me pregunta con una sonrisa.
¿Cómo puede tener una sonrisa tan grande un lunes por la mañana?
—Bien, como siempre —, le hablo en broma y rueda los ojos.
—¿Quieres hacer algo en la tarde? —, pregunta con ilusión.
—No lo sé, Esteban —. Contesto, indecisa.
Lo rechazo porque sé que algo paso con mis papás, es raro que se fueran esta mañana sin decirme nada o, aunque sea dejarme una nota y eso solo significa una sola cosa <<PROBLEMAS>>.
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Una vida llena de secretos
Romance[Borrador] Por el abandono de sus padres, Jennifer se ve obligada a irse a vivir con sus tíos paternos en Berkeley california. Ella esconde muchos secretos unos más oscuros que otros. Jennifer conocerá un grupo de amigos que la harán volver a creer...