CUMPLEAÑOS

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-¡Hola Eva!

Rafa, el jefe de Eva, estaba enamorado de ella en secreto. Deseaba en lo más profundo de su alma hacerla feliz. Después de 3 años trabajando juntos sentía que no podía separarse de ella.

-Vaya, hola Rafa. Pensaba que ya te habías ido.

Eva le sonrió para que Rafa no notara su cansancio.

-No, no me he ido. Porque hoy voy a dejar que te marches a tu casa, me dijiste que hoy es el cumpleaños de tus hijos. Y que ahora mismo, que son las 5 de la tarde, empieza su fiesta.

Eva volvió a postrar sus ojos al ordenador. Aún tenía mucho trabajo que hacer.

-Muchísimas gracias, Rafa. Pero ahora mismo tengo mucha faena, y bueno, mis hijos ya sabían que tenía que trabajar. No te preocupes.

Se preocupaba, y mucho.

-¿Es que ahora no vas a hacer caso a tu jefe?

Eva se rió a gusto. En sí, con él todo lo era. Comparaba muy a menudo a Rafa con Hugo.

Rafa era especial, un amigo especial. Amable, sincero, bueno... Hugo no era sincero. Al menos, según Eva.

-De acuerdo, jefe. -rieron juntos. Aquello le recordó a Eva las risas que se echaron Hugo y ella el primer día en el lago. Incluso después de despedirse, cuando empezó a llover.

***

¡¡Ding, Dong!!

El timbre sonó fuertemente y aquello me recordó a cuando iba a ver a Eva por las tardes después de clase. Las ansias que tenía de verla hacía que las clases fueran eternas, porqué estar con ella era como una bocanada de aire fresco. Me sentía vivo.

Incluso recuerdo como se tiraba hacia mí al abrir la puerta, me abrazaba y me besaba.

Abrió la puerta una mujer mayor, con los cabellos blancos y con cara amable.

-Hola Jojo. La veo muy bien, ¿ha empezado la fiesta?

-Vaya, hola Hugo. ¿Todo bien?- pase dentro y le di dos besos en la mejilla. Siempre la había querido mucho.

-¡¡Ai, chico!! ¡Sigues tan cariñoso como siempre!

Los dos reímos con ganas. Echaba de menos aquello, aquella familiaridad.

Al entrar en el comedor vi a un montón de niños jugar a la Wii, saltar por el sofá...

Aria y Carlitos se abalanzaron sobre mí.

-¡¡Felicidades enanos!! -les despeiné el pelo.

-¡¡Ai, papá!! ¡¡Me despeinas!!

-Vaya con la señorita Aria. Poniéndose guapa.

Carlitos rió y Aria le sacó la lengua. Pero los tres reímos y a continuación le di los regalos.

-Genial, unos pendientes de sirenas. Me encantan papi. -sabía que le iban a gustar, comenzaba a ser toda una mujercita. Y con aquel comentario en el coche: "Aix, ojalá alguien me regalara unos pendientes de sirenas" me empecé a reír solo. Eva hacía igual cuando faltaban unas pocas semanas para su cumpleaños. Pero después te soltaban que si los regalos eran sorpresa.

-¡¡Guau!! Un coche teledirigido. Encima azul. Gracias papá.

-De nada cariño. Ahora aprovechad y disfrutad de la fiesta. Que 8 años no se cumplen cada día.

Les vi correr hacia la Wii. Crecían a un ritmo frenético y me daba miedo. Supongo que a todo padre le pasa, tiene miedo de que sus hijos se hagan mayores.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora