UNA NOCHE LOCA

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Habían pasado dos meses desde la noche del lago y no había vuelto a ver a Hugo. Sabía que estaba bien y que seguía con Anaju, como yo quería que hiciera. Ahora me encontraba sentada en la mesa de un McDonald's junto a Rafa, Aria y Carlitos. Rafa había conocido ya a mamá, pero él deseaba conocer a mis hijos, ya que le encantaban los niños y quería llevarse bien con ellos para hacerme feliz a mí, según él.

-Y entonces, ¿tu Carlitos eres más mayor que Aria? -preguntó Rafa mientras se llevaba a la boca una patata frita con mayonesa.

-Sí, mucho más. Ella es muy pequeña. -Aria salió en su defensa enseguida.

-¡Mentira! Yo nací cinco minutos después de ti. Somos igual de mayores. -Aria le sacó la lengua a Carlitos, Rafa rió con ganas y a continuación me susurró al oído que tenía unos hijos maravillosos. Yo sonreí orgullosa de ellos.

-¿Tu trabajas, Rafa? -le preguntó Aria con interés.

-Sí, claro. Y soy el jefe de vuestra mamá, o sea que cuidadito con lo que decís. -los dos rieron con ganas mientras Aria mordía su hamburguesa con ansias. -Soy abogado y tu mamá es mi secretaria. -Rafa me señaló con el dedo índice mientras me enseñaba una de sus mejores sonrisas. Yo escuchaba la conversación muy a gusto, aunque aún me pusiera tensa al estar con Rafa, de nuevo volvió a mi mente Hugo y la relación tan natural que llevamos desde el primer momento que nos conocimos. Como si estuviésemos hechos de la misma pasta. La voz de Aria me despertó de mi aturdimiento.

-Pues nuestro papá es escritor. -Aria me sonrió y yo miré a Rafa enseguida, él también me sonrió. Ya le había advertido a Rafa que en algún momento sacarían a la superficie algún tema sobre su padre ya que lo adoraban.

-No te preocupes Eva. Es su padre, es normal que hablen de él. -me susurró Rafa. Yo me tranquilicé un poco.

-Nuestro papá nos escribe cuentos y también escribe una columna diaria para una revista. Aunque yo no sé que es una columna. -empezó explicando Carlitos.

-Ahora papá está escribiendo su cuarto libro y cuando lo tenga acabado lo presentará a una editorial para ver si se lo publican. Los otros tres nunca los publicaron, no sé por qué, con lo chulos que son. -finalizó de explicar Aria.

Ahora si empecé a ponerme nerviosa. No me gustaba que hablasen todo el rato de lo que hacía o dejaba de hacer Hugo. Ya tenía yo suficiente con estar pensando en él constantemente y ver todo el rato en mi mente la cara de dolor que se le quedó después de pelearnos en el lago y después de verme marchar con el taxi.

-De acuerdo. Ya basta. Vamos a hablar de otra cosa. -puede que levantara bastante la voz, porque Aria y Carlitos se asustaron y Rafa me miró con asombro. Supongo que al comprobar la mala leche, por primera vez, que podía llegar a tener. "Tranquila Eva, tranquila" pensaba para mis adentros. De repente Rafa bebió un poco de su cerveza y al acabar susurró unas palabras que me hirieron hasta a mí: "Menudo fracasado".

Aria y Carlitos se quedaron mudos y con los ojos como platos.

-¿Qué has dicho Rafa? -le pregunté consternada.

Me miró con ojos suplicantes. Me habló en voz baja para que solo lo pudiera oír yo.

-Bueno, solo era un comentario. Como han dicho que no le han publicado ningún libro... -movió de arriba abajo los hombros. Yo estaba cabreada, mucho. Hugo no era un fracasado, simplemente no había tenido suerte.

-Tú sí que eres un fracasado. Nuestro papá es el mejor del mundo. No lo insultes.

-Eso. -concluyo Carlitos con el ceño fruncido, apoyando las palabras de su hermana mientras que Rafa los miraba con total asombro, normal, yo también estaba en estado de shock.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora