UN BAILE ESPECIAL

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-¡¡Cariño, cariño!! ¡Mira esto!

Miré la página de una revista que me enseñaba Anaju.

-Esta noche abren este tipo de salón de baile. Es como un pub pero mucho más romántico. Como un salón de baile.

Me besó y me abrazó. Y siguió suplicándome.

-Por favor, vayamos. Hace tiempo que no salimos. Además, seguro que será muy romántico. Por ser la apertura es especial para parejitas.

No quería ir. Para nada. La última vez que había bailado había sido con Eva, años atrás.

Y sinceramente, no podía verme bailando con otra persona. Por otra parte, si quería olvidarme de Eva tendría que empezar a estar mucho más con Anaju y a intentar quererla, al menos un poco.

-De acuerdo, iremos. Te va bien que salgamos a las siete y media, no llego del trabajo hasta las siete.

Me sonrió y me dio un beso.

-¡Perfecto, perfecto!Te estaré esperando con un vestido.

Me miró con ojos pícaros y yo no pude más que pensar en Eva el día de nuestra boda. También me miró así.

***

Rafa y yo llegamos al salón y nos sentamos en la mesa que teníamos reservada. Era muy parecido a aquel salón que Hugo reservó solamente para nosotros dos aquella vez que...

¡Para Eva! Para de pensar en Hugo y piensa en Rafa.

Miré a Rafa. Realmente estaba guapo, pero no era... Rafa, Eva. ¡Rafa!

Rafa me cogió la mano y me la acarició. Yo me dejé acariciar, pero con precaución. Tampoco quería ir muy deprisa.

-Eva, gracias por venir. La verdad es que me hacía mucha ilusión. Y además, estás preciosa.

Le sonreí de verdad. Se portaba conmigo como un caballero y sus palabras eran sinceras.

-¿Bailarás conmigo, verdad?

Me miró esperanzado.

-Claro que sí. Me encanta bailar, además, sino no hubiera venido.

Me sonrió gratamente y yo le respondí.

***

Entramos al salón como pudimos, el bullicio de gente no dejaba casi paso, pero Anaju había reservado, según ella, la última mesa que quedaba para hoy. Era tal como yo pensaba que sería, una pista grande donde sería el baile y las mesas colocadas alrededor.

-Ai, cariño. Estoy tan contenta de que vengamos aquí a divertirnos.

-Yo también. -le sonreí. Hugo, eres un gran mentiroso. Suspiré. Supongo que hablar conmigo mismo era algo normal en mí.

Quizás pasó una hora, quizás unos minutos. Pero me aburría, Anaju no hacía más que hablar de su pelo y de si estaba gorda o estaba delgada.

-Anaju, me estoy divirtiendo mucho. Pero ahora vengo, voy a pedir una coca-cola a la barra. Sino el camarero con tanta gente nunca viene.

-Claro, te espero aquí. Pero no tardes mucho que está a punto de comenzar el baile. A mi tráeme una cerveza.

Iba hacia la barra cuando la vi.

Al principio no me podía creer que fuera Eva, pero sí lo era. Y estaba con otro hombre, un guaperas alto. Me empecé a poner nervioso.

Veía a Eva reírse junto a él y los celos me invadían. Vi a Anaju desde lejos, mirando hacia el escenario y tarareando una canción. Y entonces decidí ir a "saludarlos".

UNA SEGUNDA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora