EL PLAN

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Aria quería volver a juntar a sus padres como fuera. Y de momento ya tenía más o menos un plan pensado. Pero aún tenía que planearlo, y sola no podía de ninguna manera. Esperó a que su abuela Jojo saliera del baño para contárselo todo. Tenía que aprovechar ese rato que Eva se acababa de ir a trabajar

-¿Qué haces viendo la tele? Si no te vistes llegaremos tarde al colegio.

Aria le hizo una señal para que se sentara. Carlitos se quejó pero hizo caso a su hermana.

-Tengo un plan para que mamá y papá se reconcilien. -le susurró Aria a Carlitos en el oído.

Carlitos se puso contento.

-¿En serio?

Aria le guiñó un ojo.

-Sí, y ya verás. Seguro que funciona. Pero tenemos que participar los 3, porque si no, no funcionará.

-¿Los 3? -preguntó extrañado Carlitos.

-Sí. Tú, la abuela, y yo. ¿Qué te parece?

-Bien... pero ¿crees que la abuela querrá participar?

-Espero que sí. Se lo tenemos que preguntar. -los dos se quedaron sonriendo, pensando en lo guay que sería vivir con sus padres, los dos juntos.

***

-Hugo, mírame y dime qué pasó ayer. Después del cambio de pareja quisiste irte. Estabas rarísimo. Ni siquiera me dirigiste la palabra en todo al camino a casa. Bueno, en realidad ni en casa cuando llegamos.

Era mediodía y estábamos comiendo fideuá. La comida preferida de Eva, sin quererlo ni beberlo me puse a cocinarla a altas horas de la mañana aprovechando que solo trabajaba por la tarde.

-Encima te has levantado temprano para cocinar esto. Y sabiendo que no me gusta la fideuá. Vale que casi siempre cocines tú, pero al menos cocina algo que me guste a mí también y no solo a ti.

Mentiría si dijera que la escuchaba. En realidad solo podía oír el "sí" de Eva cuando aceptó bailar conmigo.

-De acuerdo, tú sigue sin hablarme. Pero yo voy a seguir haciéndolo. Últimamente estás distante, por no decir que es como si no existieras. Siempre pensando en otras cosas o en personas. ¡¡¡Qué sé yo!!! No me cuentas nada. Y he de decirte que precisamente no me enamoré de ti por tu silencio y tus pocas ganas de hablar.

Anaju tenía razón. Estaba siendo un estúpido. No quería hacerle daño, pero yo sí me lo estaba haciendo estando con ella. Pero... no podía volver a tener a Eva, no creía en las segundas oportunidades y menos respecto al amor. Ya había comprendido que nunca había dejado de amar a Eva, había sido un cobarde con ella. ¿Cómo iba a querer volver conmigo con el daño que le hice? Y encima ya había encontrado a otro hombre, un hombre al cual se le veía bueno, amable y atractivo. Me sentí inferior. Seguro que él la hacía plenamente feliz, como yo no pude hacerlo.

-Hugo, Hugo ¿me escuchas? -Anaju me miraba con preocupación.

-Sí, emm... lo siento. Tienes toda la razón. Siento lo de ayer y en sí lo de estos últimos días. Pero el trabajo me cansa mucho.

-Eres escritor. ¿Es que acaso cansa escribir?

Me levanté, rodeé la mesa y la besé. Ella me correspondió en seguida.

-Me parece que ya te he perdonado. -rió. Siempre era así. Hasta que yo volviera a estar ausente pensando en Eva una y otra vez.

***

-La odiamos abuela.

-Es insoportable. -continuó Carlitos.

-No para de hablar de sí misma. Todo lo que le importa es ella, ella, ella y ella... -dijo Aria imitando la voz de Anaju.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora