UNO MÁS II

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-Cariño... -Eva me extendió la mano en cuanto me vio entrar por la puerta de aquella habitación de hospital. Una enfermera, alta y morena, escribía con rapidez y agilidad en un papel, mientras miraba a Eva. Le cogí la mano, mientras la miraba con los ojos abiertos.

-¿Cómo te encuentras? -Suspiró con los ojos entrecerrados.

-No hace mucho me han dado un calmante. -Su respiración era fuerte y descompasada.

-¿Quieres que me quede contigo? -Dije con muchos ánimos pero no completamente seguro recordando lo que había pasado la última vez que se encontraba así...

-¡No, no, no! -Me dio miedo, acababa de gritarme y la enfermera la miró con el ceño fruncido. -No quiero que estés conmigo en el parto... -De repente le vino una contracción y rechinó los dientes como nunca. Yo me aparté un poco, me dolía verla así. Me apretó la mano con fuerza, dejándome totalmente sin circulación. -Quiero que te vayas. No quiero que te quedes aquí conmigo. -Respiró con fuerza y achinando los ojos. -Cuando tuve a Carlitos y a Aria te desmayaste antes de que apareciera el primero. -Otra vez un apretón de manos que me hizo quejarme todavía más. -¡Si en el primer parto estabas más nervioso tú que yo! -Pareció calmarse, pero yo no podía hacer más que temblar y ponerme nervioso como nunca. -¿Lo ves? Te tiembla todo el cuerpo. Por favor, no te enfades, pero cuando te desmayaste me puse muchísimo más nerviosa... -Moví la cabeza de un lado a otro, contrariado por lo que me estaba diciendo... Aunque en el fondo tenía razón. A continuación pude observar como aquella enfermera me miraba embobada, mientras me sonreía picaronamente. Yo me quedé mirándola sin saber qué decir y avergonzado.

-Señorita, haga el favor de hacer su trabajo y dejar de desnudar con la mirada a mi novio. -Estaría de parto, pero para contestaciones sí tenía fuerzas. Yo reí interiormente por lo que acababa de decir, defendiendo lo que era más que suyo. -Sí, no me mire con esa cara de mosquita muerta que la tengo bien calada. Que siempre que venía de visita le miraba el trasero. Búsquese a otro y deje de fantasear con él, que nunca... -Otra contracción más fuerte. La enfermera estaba totalmente roja y avergonzada.

-Mejor voy a avisar ya al doctor, este niño está a punto de nacer. -Su voz tímida se perdió a medida que salía de la habitación a toda prisa, sin mirarnos ni una sola vez. Miré a Eva que respiraba con dificultad y con fuerza, totalmente roja y sudorosa. Le di un beso en la mejilla con cuidado para no molestarla, y en cuanto entró el doctor me fui, más nervioso que nunca.

***

"Estos asientos del hospital son una caca de vaca. Son incómodos, son peor que los del cole" Sentada en uno de ellos, como hacían los mayores, meditaba. Con mis codos en las rodillas y con mis manos aguantando mi cabeza por la barbilla, deseaba que mi mamá cambiara de opinión y que de su barriga saliera una niña.

-Yo tengo la esperanza de que sea una niña, abu. -La abu Jojo, sentada a mi lado y con Carlitos sentado en sus piernas, me acarició mi cabello marrón cogido por una coleta y me besó en la mejilla.

-Cariño, ya sabemos que es un niño. -"¡Jo, los mayores nunca tienen esperanza!" Miré a mi hermano que feliz de la vida jugaba con la Nintiendo. Yo moví los ojos de un lado para otro y con cara de asco sin entender cómo no estaba preocupado por mamá.

Busqué con la mirada a papá y por fin lo encontré apoyado en la pared cerca de las sillas. Di un pequeño salto de la silla al suelo y fui con él porqué de toda la familia era el único que me hacía caso. Era una incomprendida o al menos eso era lo que ponía en el diccionario.

-Papá... -Estaba serio, los adultos eran serios casi siempre... Aunque al verme me sonrió enseñándome sus dientes blancos. Salté a sus brazos y le di un beso en la mejilla, porque yo quería mucho a mi papá. Aunque... Tenía unos tatuajes raros por el cuerpo... De repente, papá fue conmigo en brazos a la puerta donde detrás estaba mamá con el doctor canoso. La abu y Carlitos también fueron corriendo hacia el doctor, que según pude ver en su camisa, se llamaba Leoncio. Pobre, mi hermanito... Sale de una barriga que aún no sé cómo ha entrado ahí, porque lo del beso está descartado y lo primero que ve es a un médico que se llama así... Es muy triste...

-¿Cómo se encuentran, doctor? -Papá miró con preocupación a nuestro amigo Leoncio, el cual sonrió con alegría, dejando ver su dentadura, porque al ser tan viejito llevaría dentadura... ¿no?

-La señorita Barreiro está bien y la niña también. -Yo miré al doctor, divertida, al escuchar aquello... ¿Una niña?

-¿Una niña? -Preguntó mi abuela sin creérselo, mientras Carlitos arrugaba la nariz.

-Sí, en efecto, una niña. Sé que esperaban un niño, pero estas cosas a veces pasan...

-¡Toma, una niña! -Levanté los brazos al aire, muertísma me había quedado con mi esperanza hecha realidad. Aunque... Cuando todos me miraron bajé los brazos y me quedé callada, poniéndome roja, cada vez más.

-Puede entrar a verlas si quiere. -Papá me dejó en el suelo y se dirigió con alegría a ver a mi hermanita.

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¡Pues aquí tenéis el esperado parto! ¡Y contra todo pronóstico ha sido niña! 🥰 ¿Lo contenta que está Aria?
Eva siendo Eva defendiendo lo suyo incluso en esas circunstancias 🥲

dreamergiiiirl2 ¿contenta?😜

UNA SEGUNDA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora