*Adira: ¿abuela quien era esa leona?
*Serafina: Adira, tu no tienes porque preocuparte por los problemas de los adultos.
La pequeña se encogió de hombros y agachó las orejas al ver el ceño fruncido de su abuela, se encontraba distraída y pensativa, y la pequeña para romper el hielo se coloco entre las patas de su abuela, mientras le daba pequeños golpes con sus patas para animarla
Sacando a Serafina de sus pensamientos para prestarle atención a la pequeña albina.
*Serafina: jeje ¿Que estás haciendo mi pequeña?
*Adira: haciéndote olvidar el mal rato que les hizo pasar esa leona extraña.
Antes de que Serafina le pudiera pronunciar alguna palabra, un pequeño ruido la interrumpió y se trataba del estómago vacío de la cachorra albina.
*Adira: ¡abuela tengo hambre!
*Serafina: disculpa mi pequeña, se me había olvidado que no habías comido— ella se coloco rápidamente de pie y comenzó a buscar una posible presa— sígueme Adira te encontraré algo que puedas comer.
La leona camino por un rato con la cachorra detrás de ella hasta, que logro encontrar un pequeño grupo de antílopes.
*Serafina: ¿Te parece un antílope?
*Adira: ¡Si!
La leona solo pudo soltar una sonrisa al ver el gesto de su nieta, agachó su cabeza a la altura de la cachorra al ver su cara de entusiasmo.
*Serafina: tú te quedas aquí.— la leona solo pudo escuchar un pequeño suspiro de disgusto por parte de la pequeña— Adira cuando crezcas podrás cazar también y creeme que después no te gustará.
*Adira: ok...
*Serafina: solo observa y aprende
La leona se aparto de Adira para agazaparse entre la vegetación, usando su camuflaje para poder acercarse lo mas posible, está se quedó agachada mientras observaba a los miembros de la manada buscando al más débil.