DULCE VENGANZA

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Los meses pasaron, las leonas se habían adaptado bien a su nuevo hogar, aunque a Adira se le hacía difícil, ya que extrañaba a sus padres, de vez en cuando se escapaba y lloraba sola recordando los momentos que pasó con su hermano kopa y con sus padres.

A veces lloraba hasta el punto de quedarse dormida y dejar un charco de lágrimas debajo de sus patas. Las leonas al darse cuenta de la ausencia de la cachorra la buscaban con desespero, ya que aún no se acostumbraban a sus escapes ya que antes Adira no era así. Laynus siempre se unía a la búsqueda y él era el único que siempre sabía dónde buscar, ya que la conocía muy bien y sabía cuáles eran sus lugares favoritos, recorrió varios escondites sin éxito, el joven se quedaba sin opciones hasta que decidió buscar en una pequeña cueva en dónde siempre solía ir, y su corazonada era cierta, ya que ahí estaba dormida y con lágrimas aún frescas que recorrían sus mejillas.

 Laynus siempre se unía a la búsqueda y él era el único que siempre sabía dónde buscar, ya que la conocía muy bien y sabía cuáles eran sus lugares favoritos, recorrió varios escondites sin éxito, el joven se quedaba sin opciones hasta que decidió ...

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El se acercó para lamer su rostro secando sus lágrimas y provocando que se despertara, Adira abrió sus ojos y miró a Laynus para luego cerrarlos de golpe.

Laynus: por favor Adira no hagas eso— el cachorro se acercó nuevamente y rozo su cabeza con la de ella

Adira: no me mires soy una fenómeno— la cachorra se apartó de él para sentarse lejos de él y comenzó a contemplar la jungla

Laynus: no eres una fenómeno eres hermosa y ese pequeño cambio te luce bien— la cachorra soltó una sonrisa con su comentario mientras miraba como él se acercaba lentamente hasta donde ella estaba— nunca dudes de lo bella que eres, el que diga lo contrario es porque no sabe apreciarla, y antes se las vería conmigo — Adira volvió a soltar una sonrisa más animada y sonrojada gracias al comentario del joven— ¿Que te parece si vamos al lago?

Adira: ¡Si! Me encanta la idea

Laynus emprendió la caminata hasta el lago con Adira siguiéndolo de cerca, olvidando por completo que la manada estaba buscando a Adira. Al llegar los cachorros se dispusieron a jugar en la orilla donde se encontraba una gran cantidad de charco y comenzaron a salpicarlo por todas partes, ambos se divertían mucho se empujaban y se ensuciaban mutuamente hasta que sin percatarse notaron una sombra detrás de ellos, al verla ambos se asustaron hasta que vieron de quién se trataba y era Sarabi quien los veía de un modo enojado ya que los cachorros sin darse cuenta la habían ensuciado también y se encontraba cansada por la búsqueda de su nieta.

Sarabi: Laynus ¿Por qué no avisaste que habías encontrado a Adira?— el cachorro bajo las orejas un poco avergonzado.

Laynus: lo siento, al encontrarla la ví triste y trate de animarla, así que olvidé avisarles — la leona se introdujo en la charca y tomó al cachorro bruscamente,  este simplemente comenzó a quejarse — ay... Eso duele lo siento mucho, no volverá a pasar pero bajeme

Adira iba a un lado de su abuela y al ver lo que pasaba se echó a reír por la forma en que su abuela transportaba a Laynus cómo modo de castigo por no avisar.

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