En el reino Simba se encontraba viendo el amanecer mientras pensaba en los acontecimientos que habían ocurrido en los últimos tiempos, se sentía triste por el recado que recibió de su madre fue algo que no esperaba, pensó que con la llegada de Kiara todo mejoraría y tomo la decisión de que la nueva cachorra fuera su sucesora, para que Adira tuviera una vida tranquila sin tener que pensar en la responsabilidad de gobernar un reino, pensó que su madre estarían de acuerdo pero se equivocó, perdió una ves mas a su madre, como también perdió a sus queridos hijos, su preocupación ahora era Kiara era su nueva luz de felicidad, se preocupaba constantemente ya que el sabia que Zira podía atacar en cualquier momento y el tenia que estar alerta. Mientras pensaba su reina se acercaba hasta su dirección para sentarse a su lado.
Nala: ¿Que tanto piensas Simba? — el león soltó un suspiro antes de responder
Simba: en los últimos acontecimientos, en mi madre y en el futuro de nuestras hijas. Aunque supongo que gracias a mi madre no tenemos que pensar mucho en el futuro de Adira. — el pelirrojo soltó un suspiro pesado, mientras bajaba sus orejas
Nala: Simba estaba pensando— la leona hizo una pausa en espera de que su rey la mirara. sin éxito — ¿Que tal si traemos a Laynus de vuelta?
El pelirrojo levanto su cabeza, mientras miraba a Nala con un poco de confusión.
Simba: ¿A qué te refieres?
Nala: pues ya Kiara está creciendo, y es hora de que pensemos en su futuro, y eso incluye a su futura pareja.
Simba: sigo sin entender que tiene que ver Laynus con todo esto.
Nala: no te hagas el tonto Simba. Laynus es ideal para Kiara ya que es mayor y puede proteger a nuestra hija de cualquier peligro.
Simba: Laynus está con Adira y no me parece justo separarlos, estaríamos lastimando más a Adira. Que si lo olvidas también es nuestra hija, y además Kiara aún es pequeña y no necesita pareja.
Nala: Adira es fuerte y Laynus solo es su amigo, ella está a salvó lejos de nosotros, pero Kiara no. Y sabes que tengo razón.
Simba: si es de ser mayor que hay de fleck? El podría ser una buena pareja.
Nala: No, fleck ya es un adolescente, y siempre piensa en si mismo. Además Makiba extraña mucho a su hijo.
Simba: está bien, le diré a Zazu que vaya y lo traiga. Pero después de eso no hablaremos más de Adira por su bien.
Nala: gracias...
El pelirrojo se aparto de Nala un tanto molesto, el no quería que su hija fuera más infeliz, pero en parte Nala tenía razón necesitaba a Laynus, para proteger al reino y fuera su próximo sucesor el sin querer pensar tanto se fue a dónde se encontraba Zazu.
Simba: Zazu — el pelirrojo al nombrar al ave este se inclino ante el león, mostrando sus respetos.
Zazu: ¿En qué le puedo servir majestad?
Simba: quiero que busques a Laynus y lo traigas ante mi.
Zazu: cómo ordene alteza.
El león miraba como Zazu se alejaba. Al ser ave se le haría más fácil llegar más rápido hasta su destino, sin embargo a los leones se les hacia más difícil llegar ya que era un viaje de varios días ya que tenían que hacer pausas para descansar por el fuerte sol y el inmenso calor, pero a Zazu le tomaría un día o día y medio en llegar a su destino esa era la ventaja.
En otro sitio estaba una abuela enseñando a sus jóvenes nietos el arte de la casería, los cuales todavía les faltaba consentracion y un mejor camuflaje, aunque a Adira se le dificultaba. Luego de haber fallado en su entrenamiento de casería los tres leones regresaban a su hogar con las demás, Adira estaba un poco molesta y solo podía caminar en silencio, Laynus al notarlo trato de distraerla, pero al ver que no funcionaba el decidió jugar con ella como cuando eran pequeños, salto sobre su lomo y mordió su oreja está acción infantil provocó que Serafina y Adira soltaran una carcajada, pero luego el rostro de la albina cambio por uno de fastidio.
Serafina: vamos mi pequeña, ya lo lograras.
Adira: vamos Laynus ya estamos muy grandes para estos juegos — el joven simplemente paro y comenzó a caminar a su lado mientras la empujaba con un poco de burla logrando sacar una sonrisa de parte de Adira— está bien tu ganas.
Serafina: vamos mi niña, aún son jóvenes y tienen que aprovechar no sé es joven dos veces.
Laynus: tu abuela tiene razón ya relájate y no seas tan amargada
Serafina: sabemos que no es fácil. Y menos para ti por tu pelaje, pero todo a su tiempo. De igual forma no morirán de hambre para eso estamos nosotras.
Ambos jóvenes soltaron una sonrisa mientras continuaban su andar.
Mientras en la cueva se encontraba Sarabi recostada en una roca mientras miraba a sus sobrinos jugar, al ser pequeños no se les permite salir de la cueva así que ella se había ofrecido como niñera.
A la distancia noto como su amiga se acercaba a la cueva con sus nietos siguiéndola, ella se sentía feliz de ver cómo habían crecido. Aunque Laynus no fuera su nieto, ella lo consideraba como uno.
Sarabi: ¿Cómo les fue?
Serafina: todavía les falta pero pronto aprenderán.
Sarabi: tienes razón, aún son jóvenes no se desesperen. Ahora vayan adentro y lleven se a sus primos con ustedes.
Ambos jóvenes hicieron caso y se retiraron cada uno con un cachorro. Mientas sus abuelas contemplaban el horizonte.
Serafina: ¿Que piensas?
Sarabi: me preguntó cómo estará el reino.
Serafina: no te preocupes, todo debe de estar bien.
Serafina: no lo sé tengo un mal presentimiento.
En ese momento desde la distancia notaron el semblante de un ave azul que se dirigía en vuelo rápido hacia ellas, al ver que se trataba del mayordomo Zazu Sarabi arrugó su cara en forma de enojo, preguntandose que noticias traería el mensajero de su hijo.