Samantha.
Recojo algunos papeles que meto dentro de una carpeta y lo llevo hasta el archivador, dispuesta a irme, pero primero llamo a Maya para que venga.
—¿En qué me necesitas? —pregunta al entrar.
—Necesito que me hagas un favor —recojo mi teléfono, metiéndolo dentro de mi cartera.
—Dime.
—Voy a salir a cenar con Matt y no puedo decirle a Alex que saldré sola porque no me va a creer y mucho menos que voy a ir con Matthew —digo como si fuese obvio—, entonces necesito que salgas conmigo para que Alex piense que voy contigo a cenar.
—Sam, no quiero ser parte de un engaño —frunce los labios.
—No vas a ser parte de ningún engaño, es sólo una cena.
—Que puede terminar en algo más en el baño —dice recordándome lo de Matt y yo en la fiesta.
—Eso fue sólo esa vez. Ayúdame, por favor —la miro como cachorrito.
Parece que se lo piensa porque unos segundos después me mira con una pequeña sonrisa y la cabeza ladeada.
—Está bien.
—¡Gracias! —me tiro a sus brazos emocionada. Parezco adolescente cuando su crush la invita a salir o cuando siquiera le echa una mirada, pero no me importa—. Eres la mejor —digo haciéndola reír.
—Ya, ya —me separo de ella sin dejar de sonreír—. ¿Ya nos vamos?
Asiento justo cuando Alex entra a mi oficina.
—¿Nos vamos, cariño? —me pregunta acercándose.
—Iba justo ahora a decirte que Maya me ha invitado a cenar —miento con total naturalidad. Mentir ya se ha vuelto algo muy natural en mí, en parte es bueno, pero también es malo. No me gusta mentir, pero saber hacerlo es bueno cuando en verdad es necesario.
—Oh, entonces nos vemos luego en casa. Que la pasen rico —sonríe—. Te amo —deja un beso en mi frente antes de irse.
—Eres toda una mentirosa profesional —dice Maya impresionada—, eso te ha salido con tanta naturalidad que si yo no supiese que es mentira, me lo hubiese creído.
—A veces es bueno saber mentir —me encojo de hombros.
—Ahora me asustas.
Me río ante la expresión asustada que hace.
—No seas boba y vámonos.
~*~
He dejado a Maya en su casa y me he venido al restaurante del que Matt me ha enviado la dirección. Apenas entro al lugar me recibe una chica en la entrada, le digo mi nombre y me lleva hacia una mesa un tanto alejada de la entrada y un poco apartada del resto de las mesas, es una zona más privada.
Matthew ya está sentado en la mesa cuando llego y me recibe con una sonrisa que hace flaquear mis piernas y acelerar mi corazón como una adolescente. Le sonrío muy embobada y me regaño internamente porque a pesar de que ya sabe que lo amo —porque lo supone ya que todavía no se lo he dicho—, me avergüenza parecer una tonta enamorada.
—Hola —saludo viendo como se acerca a mí.
Sin decir una palabra, me coge el rostro y me besa de una forma muy tierna, donde sólo nuestros labios juegan pausadamente entre ellos, disfrutando cada roce. La manera en la que me presiona a él y en la que sus manos me sostienen por la cintura, me provocan miles de sensaciones viejas que han resurgido del más allá donde las creía muertas.
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Resurgir (libro II) ✔️
RomanceDespués de tres años desde la última vez que se vieron, desde la última vez que sus miradas se cruzaron y cada uno tomó su camino en dirección opuesta al otro, vuelven a encontrarse. Sus caminos vuelven a cruzarse. *** Sam ha seguido hacia adelante...