Samantha.
Pasamos toda la mañana en el spa al que vamos cada vez que ellas vienen y antes de mediodía recibimos el mensaje de Matthew donde dice en cual restaurante vamos a comer. Sí, recibimos porque yo también recibí un mensaje, el cual no contesté.
Las tres llegamos juntas al lugar encontrándonos con que Matthew y Leonard ya están en el restaurante. Tomamos asiento y nos fundimos en una conversación tranquila. Muy pocas veces llegamos a compartir momentos así antes de que me viniera para Londres.
—Sam, cariño, ¿como van con los preparativos de la boda? —pregunta Leonard, cambiando el rumbo de la conversación que teníamos. Sin tener que mirar directamente a Matthew, noto como se tensa ante la pregunta.
—Ahm... bueno, apenas estamos empezando —contesto jugando con la servilleta en mi regazo—. No tenemos casi nada planeado porque me he enfocado en la fiesta por la que vinieron y para la boda todavía faltan unos meses.
—Linda, tengo entera disposición para ayudarte en lo que necesites —inquiere Grace—. Estaré lejos, pero en lo que pueda ayudarte, lo haré con todo el gusto porque es como si se estuviese casando Cassandra. Quiero ayudar en lo que pueda.
Sonrío sin mostrar los dientes porque por alguna razón con nombre y apellido y que está presente, no me alegra mucho estar teniendo esta conversación justo ahora.
—Yo también voy a ayudarte en todo —me guiña un ojo Cassie—. Seré la dama de honor más hermosa —dice, provocando que todos menos Matthew, que está más serio que nunca, apretando la mandíbula, soltemos una carcajada.
—Por supuesto que sí —digo.
—Si necesitas dinero, sólo tienes que decirme y te lo daré —murmura Leonard—. Y no me vengas con que te da vergüenza porque ya hemos pasado esa etapa hace mucho tiempo.
—Sabes que me gustan las cosas simples y sencillas. Tengo suficiente ahorrado para pagar la boda. Además...
—Vas a casarte con un tipo que nada en dinero y ¿vas a pagar la boda tú? —pregunta Matthew incrédulo, uniéndose a la conversación.
—Sí, ¿cual es el problema? —lo reto con la mirada—. No me estoy casando con él por su dinero, sino porque lo amo —mis palabras lo tensan más de lo que ya lo estaba y la mandíbula la aprieta tanto, que siento que le duele. Se levanta de golpe, dejando caer la servilleta que tiene en el regazo y se aleja sin decir nada más.
—Eh... iré a hablar con él y hacer que vuelva para tener un almuerzo normal —murmura Cass, levantándose. La veo irse por el mismo camino por el que se fue su hermano.
—Lamento arruinar la comida —me disculpo con Grace y Leonard—. Sólo quería que tuviésemos una comida tranquilos.
—Si lo que Cassandra dice es cierto, comprendo la actitud de Matt, cariño —Grace estira su mano y coge la mía—. No es fácil ver a la persona que amas junto a otra.
—Lo sé perfectamente, lo viví en carne y hueso. Por eso no puedo dejarme llevar por unas simples palabras confesando que todavía me ama —callo por unos segundos—. Me avergüenza hablar de esto con ustedes porque son sus padres.
—Aunque biológicamente no seamos los tuyos, nos sentimos como tal, así que no quiero oírte decir de nuevo eso —advierte Leonard—. Yo no sé que está pasando ahora con ustedes dos, pero te pido que no seas tan dura con él —sacude la cabeza y sonríe un poco divertido—. Sé que Matt es un hombre hecho y derecho y puede resistir las palabras duras de cualquiera, pero cuando se ama a alguien, las palabras de esa persona surten más efecto que las de cualquiera, y duelen.
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Resurgir (libro II) ✔️
RomanceDespués de tres años desde la última vez que se vieron, desde la última vez que sus miradas se cruzaron y cada uno tomó su camino en dirección opuesta al otro, vuelven a encontrarse. Sus caminos vuelven a cruzarse. *** Sam ha seguido hacia adelante...