Capítulo 09

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Matthew.

Acabo de hablar con mi padre para hacerme cargo de la empresa aquí en Londres y para mi buena suerte, me dijo que sí, aunque, tampoco creía que hubiese la posibilidad de que me dijera que no.

Estoy muy feliz porque voy a estar cerca de Sam y voy a luchar para tenerla devuelta. Justo ahora estoy entrando en el piso en el que ella trabaja. He venido a Thompson's únicamente para verla y hablar con ella sobre lo de la otra noche.

Veo a la misma chica pelirroja del otro día afuera de la oficina de Sam.

—Hola, ¿está Samantha? —pregunto cuando llego frente al escritorio de la chica, que creo recordar se llama Maya.

—Justo ahora está en una reunión —me mira de arriba a abajo sin disimular.

—¿Durará mucho en salir?

—No creo porque la reunión empezó hace mucho rato ya.

—¿Podría esperarla en su oficina?

—No creo que sea buena idea...

—Como ya te dije el otro día, soy un viejo amigo, no haré nada malo ahí dentro.

Ella parece mirarme fijamente como si estuviese debatiendo con ella misma en si dejarme esperar dentro o no, pero finalmente responde con la cabeza ladeada y sin dejar de mirarme.

—Está bien, espera por ella en su oficina.

Le regalo una sonrisa agradecido antes de dirigirme a la puerta de la oficina de Sam y entrar en ella.

Apenas entro el olor a vainilla choca con mis fosas nasales, dejándome atontado. El olor a vainilla me encanta y si proviene de Sam mucho más. El lugar se siente acogedor y tranquilo, todo lo que hay dentro te transmite paz y tranquilidad y si le sumamos el olor a vainilla, mucho más.

Su oficina tiene un gran ventanal detrás de su escritorio, donde puede verse parte de la ciudad. No puedo dejar de imaginarla trabajando aquí y que por momentos voltee a admirar la hermosa vista que tiene.

Me acerco a su escritorio y veo que tiene una foto de mi familia junto a ella en una de las visitas que recibió de ellos. Otra es de Cass y Sam juntas, donde la sonrisa de ambas transmite el cariño que hay entre ellas; y la última foto que hay en su escritorio es ella con su prometido, ambos salen abrazados con una sonrisa gigante mientras se miran a los ojos.

No puedo no sentir una corriente de celos recorrerme. Aprieto los puños con fuerza. Quiero ser quien esté con ella en una foto en su escritorio y no él. Con eso no dejo de repetirme que voy a luchar por volver a tenerla junto a mí porque es lo que más deseo en éste momento.

Escucho la puerta abrirse de una forma brusca y me volteo de inmediato en su dirección para ver la figura de Sam, en una postura que transmite mucha seguridad, pero también elegancia.

La expresión en su rostro no transmite nada bueno en éste momento, su ceño está fruncido y sus labios forman una línea fina, dejándome saber que sabe que estaba aquí y que no le gusta nada.

—No sé qué haces aquí, pero no quiero escuchar nada de lo que tengas que decirme —empieza a hablar caminando hasta su escritorio.

Samantha.

Cuando Maya me anunció que el mismo hombre que había venido el otro día, estaba aquí, ya sabía que se trataba de Matthew, porque no suelen venir muchas personas a mi oficina.

No puedo dejar de sentir como la rabia me recorre el cuerpo rápidamente. No quiero verlo y tampoco quiero estar cerca de él, primero por lo que casi sucede entre Alex y yo por culpa de su esposa, que no puede cerrar la boca, y segundo, por el beso que vi entre él y Olivia después de que acabara de besarme a mí. ¡Por Dios!, ¡¿me acabas de besar a mí y ya la andas besando a ella?!

Resurgir (libro II) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora