Capítulo 12

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Mini maratón 2/2

Matthew.

Tengo dos días sin ver a Samantha y siento que no aguantaré un día más sin verla. No sé cómo he aguantado estos tres años sin verla, tocarla o siquiera estar cerca de ella, pero siento que ahora me asfixio si no la veo.

He estado ocupado entre incorporándome en la empresa de Londres y consiguiendo un apartamento en el que vivir; ya he hecho las dos.

Quisiera decir que Olivia está viviendo en otro lugar y que estoy en paz y tranquilo, pero no. Primero no puedo hacerla a un lado de una vez, tengo que pensar en la forma en la que pueda dejarla sin que eso afecte la empresa de mi padre y segundo, no soy tan hijo de puta como para desparecer, porque al fin y al cabo me encontraría y desaparecer sólo ocasionaría más problemas que no tengo tiempo ni ánimos de tener.

He salido del trabajo y me han entrado ganas de salir a hacer un poco de ejercicio ya que la noche londinense está cálida y tengo muchas ganas de despejar un poco la mente y aclarar mis ideas.

Termino de amarrar mis zapatos deportivos y me levanto de la cama dispuesto a salir de mi habitación.

—¿Para donde vas? —aparece Olivia abriendo la puerta sin tocar ni avisar.

—¿No te enseñaron que hay que tocar la puerta antes de entrar? —le respondo irritado con otra pregunta.

Se encoge de hombros y mueve la mano en un gesto de quitarle importancia.

—No has respondido a mi pregunta. ¿Para donde vas? —repite.

—No tengo obligación de responderte.

—¡Sí la tienes, soy tu...

Levanto la mano haciéndola callar.

—¿No tienes otra cosa que responder? —la miro fastidiado—. Siempre respondes con lo mismo, creo que deberías de ingeniártelas para tener más respuestas.

Aprieta la mandíbula y frunce el entrecejo.

—Respondo de la forma en la que quiera —masculla.

—Pensé que eras más creativa —digo pasándole por un lado, saliendo de la habitación, dispuesto a salir del apartamento y hacer lo que tenía pensado hacer antes de que ella llegara interrumpiendo mi salida.

—¿Para donde vas? —pregunta por tercera vez.

—¿Estás ciega o no ves como ando vestido? —respondo obstinado, llegando a la puerta.

—Podrías ir a ver a esa vestido así.

—Quien sabe y sí vaya a verla. Gracias por la idea —abro la puerta y salgo.

—No te atre... —no la dejo terminar porque cierro la puerta.

Camino al ascensor alejándome de la mujer que me tiene la vida amargada. Cada día que pasa en lo único en lo que puedo pensar es en encontrar la manera de romper todo lazo con ella.

Me coloco los audífonos inalámbricos y me propongo a empezar a trotar cuando salgo por las puertas del edificio. Troto por unos 20 minutos por la misma zona en la que ahora estoy viviendo y me acerco a un quiosco a comprar una botella de agua.

Justo cuando me volteo para regresar a casa, me encuentro con la persona que ha estado en mis sueños durante tres años. Esa mujer que me tiene completamente idiotizado. Pero no la encuentro sola, está con su prometido. Él está hablando por teléfono mientras ella espera por él a su lado. Lo veo colgar la llamada y hablarle al amor de mi vida, provocando que todo dentro de mí hierva. No la quiero ver con él, ni cerca de él, pero entiendo que hasta que yo no resuelva mi situación con Olivia no puedo hacer nada más que alejarme cuando vea ese tipo de escenas.

Resurgir (libro II) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora