Capítulo 03

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Samantha.

Un sentimiento inexplicable se apodera de mí. No sé si es miedo, emoción, molestia o alegría. No lo sé.

Un montón de recuerdos vienen a mí de golpe. Esos recuerdos que creía haber olvidado o al menos tenían mucho tiempo que no volvían a mi mente. He dejado de escuchar a las personas para sólo escuchar la furia con la que late mi corazón en el pecho. Late tan fuerte que siento como si quisiera salirse de ahí.

No entiendo qué hace aquí.

—Amor —escucho el susurro de Alex llamar mi atención, haciendo que salga del trance en el que estaba envuelta—, ¿sucede algo?

—No —digo apenas, negando con la cabeza, pero noto que mi respuesta no le convence del todo así que vuelvo a hablar acariciando su brazo en un gesto tranquilizador—. No pasa nada, amor. Está todo bien —sonrío y la expresión preocupada que tiene en el rostro desaparece, dándole paso a una hermosa sonrisa.

Una corriente de tranquilidad me invade. No debo preocuparme por el chico que acabo de ver porque el que está justo a mi lado es a quien amo y de quien estoy enamorada. Lo de Matthew fue hace mucho tiempo y ya no significa nada para mí.

—Vamos a empezar la celebración con un brindis por los futuros marido y mujer —anuncia Benjamín a través del micrófono que lleva en la mano. Volteo hacia las personas evitando mirar en dirección a Matthew y noto como les entregan una copa de champán a los invitados. También se acercan a nosotros y nos dan las nuestras.

Hacemos el brindis y en todo el rato siento la presión de una mirada puesta en mí y sé muy bien de quien se trata, pero no me volteo porque no quiero que nuestras miradas vuelvan a encontrarse.

Después del brindis pasamos todos a sentarnos para que sirvan la cena.

—Amor, estás distraída. Algo te sucede —Alex coge mi mano acariciando el dorso de ésta. Volteo mi cuerpo en la silla para quedar frente a él.

—Sólo estoy pensando en todo lo de la boda —miento sonriendo para que así pueda creerme.

—¿Ya te estás arrepintiendo? —bromea, pero puedo notar un poco la inseguridad en sus ojos.

—¡Por supuesto que no! —salto a decir rápidamente—. ¿Como puedes pensar eso? —coloco mi mano a un lado de su rostro y acaricio su mejilla con mi pulgar—. Sabes que te amo demasiado, no podría arrepentirme jamás de esto.

—¿Sabías que eres el amor de mi vida? —murmura acercando su rostro al mío, casi rozando nuestros labios.

—Claro que lo sé, lo dices muy seguido —respondo divertida, sonriendo.

—Me alegra que lo tengas claro —susurra y en el proceso nuestros labios se rozan haciendo que sienta un cosquilleo en esa zona. Va a besarme, pero escuchamos un carraspeo haciendo que nos separemos encontrándonos con Benjamín.

—Es la hora del primer baile de los prometidos —anuncia.

Matthew.

Desde que llegaron, no he podido apartar los ojos de ellos. No puedo creer que mi Sam sea esa que está ahí. No puedo creer que mi Sam vaya a casarse y yo no me haya enterado. No puedo creer que mi familia me haya ocultado eso.

No sé como sentirme respecto a lo que acabo de enterarme. Siento alivio porque está bien, pero también me siento molesto y celoso por el hecho de que está con alguien más que no soy yo. Me siento decepcionado porque no pude volver a encontrarla soltera, pero al mismo tiempo siento un poco de alegría porque no haya estado sufriendo todo éste tiempo, porque aunque me duela, me alegra que no siguiera sufriendo por mí. Sería muy egoísta si prefiriera que sufriera por mi culpa y que estuviese sola.

Resurgir (libro II) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora