Capítulo II

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Hello there! Adivinen quién chillo escribiendo esto jaja. Si, adivinaron, fui yo. Está dramático así que agarren sus pañuelos antes de comenzar a leer. 

I have spoken!!!



Finalmente el tan odiado día había llegado, no fue necesario un informe al hospital de Coruscant, no fue necesario porque todo era una completa revolución por el estallido de la guerra.

Padme le había dado un tranquilizante a Shmi porque no pudieron hacer que dejara de temblar y llorar a pesar de que ella había intentado mantenerse fuerte por su hijo. Los niños estaban con ella en la puerta mientras Padme estaba abrazada a su esposo intentando no llorar, intentando no tomar su mano y correr lejos de allí con él.

El camión militar que lo llevaría a su destino había llegado a la puerta de su casa.

No tenía tiempo para una larga despedida, todo eso ya había pasado horas atrás. Creyeron que estarían listos para el momento luego de haberse despedido. Pero Padme se sentía incapaz de soltar a su esposo, se sentía incapaz de dejarlo partir. 

Shmi y los niños se unieron al abrazo y Anakin beso la frente de su madre y cargó a los niños. 

La despedida fue corta y antes de irse beso largamente a su esposa. 

Cargó a los niños hasta la puerta del camión y beso sus frentes para despedirse.

Sentirlos temblar fue tal vez la sensación más desgarradora que había sentido en su vida. Ver a Padme correr hacia él y abrazarlo le hacían querer huir de allí, sin importar si lo asesinaban por eso. Podía simplemente huir con su familia, lejos, donde nadie pudiera encontrarlos. Pero sabía que siempre lo encontrarían. 

Prefería ir a la guerra con la promesa de que volvería, que poner el sello de la muerte sobre si mismo al desertar.

Juntando el valor que en esos minutos no tenía, le entregó a los niños a Padme y la besó una última vez en los labios.

Ella asintió y se armó de valor para mantenerse en pie cuando él subió al camión. 

Ni siquiera pudo despedirse de él por la ventana porque el camión partió a gran velocidad de allí, llevándose al hombre que amaba... tal vez para siempre.

Con ambos niños en sus brazos cayó de rodillas al suelo. Sintió a Leia temblar en sus brazos y sollozar amargamente. Sentía las manitas de Luke acariciar su rostro y decirle que papá volvería, que él era un héroe y todos los héroes siempre volvían a casa.

Miró hacia atrás y vio a Shmi desconsolada llorando de la misma forma que ella, pero no tenía la fuerza para ir y ayudarla a levantarse, porque ella misma era incapaz de levantarse.

- Mami, mami ponte de pie- dijo Luke y ella lo besó en la frente negando. 

Le dijo que se quedaría un poco más allí y los niños asintieron ayudando a su abuela a ponerse de pie y llegar hasta la habitación. Padme lo habría hecho pero no sentía las fuerzas para moverse. Lamentó que hubieran tenido que ser sus hijos quienes ayudaran a Shmi porque ella se sentía totalmente incapaz de hacerlo.

Supo que pasaron horas cuando anocheció y ella sentía sus piernas entumecidas y sus ojos en carne viva. 

Pensando en la promesa que le había hecho a su esposo de mantenerse fuerte, se puso de pie y secó sus lágrimas. Sus piernas tambalearon, pero pudo caminar de regreso a la casa. 

Vio a los niños intentando cocinar y sonrió intentando ahogar un sollozo, luego los ayudó con lo que hacían. Tenía que ser fuerte, por su esposo, por su Ani. Él volvería. Tenía que volver.

Ahsoka y Rex estaban en casa de Satine. Se habían cambiado de alimentar a Ashla y Ayra y ahora las dos pequeñas dormían juntas.

No hubo forma humana posible de mover a Satine de la puerta de su casa. Le habían puesto un cojín para sus rodillas y una manta sobre sus hombros.

Satine había dejado de llorar hace mucho, las lágrimas ya no podían caer de sus ojos. ¿Qué haría ahora sin su esposo? Su hija tenía solo un año. Habían prometido criarla juntos ¿Qué se supone que haría ahora? ¿Qué pasaría si él no volvía?

Cuando inevitablemente Satine se desmayó, Rex la cargó hasta la habitación y Ahsoka comprobó que estuviera en buen estado de salud. La dejaron dormir, no podían darle más calmantes de los que ya le habían dado. Se quedarían esa noche en casa de Satine, y tal vez la siguiente. 

Ahsoka tenía el turno de medio día al otro día, turno que coincidía con el de Padme. Dudaba que ella fuera a trabajar, o al menos la directora le había dado la semana libre o el mes si lo deseaba.

Todos entendían por lo que Padme estaba pasando.

Padme se puso de pie al otro día temprano en la mañana. Con una sonrisa que incluso sus niños podían describir como una sonrisa triste los ayudó a alistarse para ir al colegio. 

Shmi se ofreció a ir ella pero Padme negó. Ella podía hacerlo. Le recomendó a Shmi dormir un poco más, ya que sabía que Shmi había llorado toda la noche. Ella también lo había hecho, pero intentaba ser fuerte como le había prometido a Anakin.

Los niños entraron al colegio intentando sonreírle a su madre. Anakin les había dicho que no quería verlos tristes, y que ellos tendrían que animar a su madre cuando ella se sintiera mal. Aún así era difícil para ellos, pero hicieron lo mejor que podían.

No pasó desapercibido para Padme como algunas de las familias que había visto antes en el colegio estaban en su misma situación. Algunos de los padres o madres eran militares, y el ambiente de tristeza podía notarse. Además que la guerra estallara en el frente significaba muchas cosas.

Significaba que si el cuerpo militar no era capaz de detener la guerra en los diferentes frentes, invadirían las ciudades y muchas cosas más en las que ella no quería pensar en ese minuto.

Juntando fuerzas que en ese minuto no tenía, condujo su automóvil y fue al hospital.

- ¿Se puede saber qué estás haciendo acá?- preguntó Sabé mirando a su amiga

- Moriré si me quedo en casa Sabé- dijo Padme intentando no llorar- Moriré si no lo veo allí. 

Sabé solo la abrazó, imaginando lo que ella sentía. No estaba de acuerdo con que ella fuera a trabajar, pero definitivamente la comprendía.

Bail Organa sonrió de forma paternal cuando la vio entrar y la abrazó con fuerza.

- Él estará bien- dijo Bail y Padme asintió. Claro que estaría bien. Tenía que estarlo.

- Ni siquiera pienses en terminar la frase que estás esperando formular- dijo Padme mirando al doctor Organa

- Padme, el puesto esta vacante, solo será hasta que él vuelva- dijo Bail

- Nadie ocupará su puesto, me encargaré de todo, pero no quiero que nadie más asuma como jefe de cardiotorácico, ni siquiera yo- dijo Padme y la directora que pasaba por allí asintió.

No cuestionarían eso, Padme se había ofrecido a hacer todas las labores que correspondían a Anakin, y respetarían su petición de no poner un suplente en el puesto de su esposo. A pesar de que Bail sabía que Padme quería ahogarse en trabajo durante sus turnos, se encargaría de desocupar su agenda para que ambos trabajos no fueran tan agotadores para ella.

Padme entró a la oficina de Anakin y sonrió.

-¿Quién lo diría Ani?- preguntó casi con sarcasmo- Me están ofreciendo el puesto que quería cuando recién te conocí y acabo de decir que no, y que además haré tu trabajo mientras tu nombre sigue en esta oficina- dijo mirando la foto de su esposo en la pantalla de su celular- Vas a volver, vas a sentarte de esa manera irritante en esa silla y vas a pagarme cada maldita hora de trabajo que haré por ti- dijo con una sonrisa triste- Espero sea una promesa Anakin Skywalker- dijo intentando no llorar- Espero sea una promesa porque si algo te pasa, moriré contigo- dijo ella ahogando un sollozo mientras comenzaba a trabajar.


Un solo corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora