Capítulo XXVI

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Hello there! Acá otro capi. Casi ni tiempo tengo de escribir ya, pero espero pronto tener mas tiempo.

Aayla le indicaba a Padme como debía usar las armas que portaban. Padme sabía como usarlas pero nunca estaba de más la opinión de una experta.

Llegaron al ala donde Anakin estaba recluido, y dar con él no fue fácil, pero definitivamente debía ser el lugar con más seguridad. Y en efecto, pronto comenzaron a escuchar los murmullos de los guardias hablando sobre Skywalker.

- ¿Sabes que probablemente no salgamos vivas de acá verdad?- preguntó Aayla a Padme y ella asintió.

- Lo sé, puedes irte, ya me has traído acá, puedes ir aprovecha la distracción que seguramente habrá- dijo Padme y Aayla miró hacia atrás.

Había sido secuestrada, había sufrido en manos de sus secuestradores, estaba al lado de la esposa del hombre que había intentado seducir, y también al lado de la esposa del hombre que había salvado su vida y la de muchos de sus compañeros innumerables veces. No, ella no se iría, no dejaría a su general allí, incluso si tenía que morir ella ayudaría a la esposa del general a salir con él de ese infierno, y si la muerte la llamaba, ella estaría lista para morir con honor.

- Me quedaré- dijo Aayla tomando un cuchillo de los que Padme le había dado para abrir la escotilla del lugar donde estaban y Padme hizo lo mismo que ella- ¿Sabes luchar cuerpo a cuerpo?- preguntó Aayla 

- No mucho pero se disparar bien- dijo Padme y Aayla asintió

- Bien, tú irás tras de mi, eres doctora, sabrás donde disparar para no provocarme un daño auditivo en caso que tengas que disparar cerca de mi- dijo Aayla y Padme asintió

- Lo tengo cubierto, tranquila- dijo Padme arreglando la mirilla del arma por si tenía que disparar muy a distancia. 

- ¿Lista?- preguntó Aayla y Padme miró hacia abajo

- Lista- dijo ella y bajaron rápidamente.

Inmediatamente soldados separatistas apuntaron a ellas para matarlas, pero ellas esperaban eso. 

Aayla no pertenecía al escuadrón pertenecía al escuadrón de elite de Anakin, donde solo estaban los mejores, y eso se pudo notar cuando los derribaba fácilmente en directo comabte cuerpo a cuerpo. Padmé por su parte pese a no ser una profesional en el área como Aayla sabía defenderse bastante bien y disparaba a todos los objetivos que Aayla no podía derribar, y también recordó algunas tácticas aprendidas para derribar a dos sujetos que intentaron sujetarla.

- Limpio- gritó Aayla y Padme no comprendió, pero rápidamente entendió

- Limpio también- gritó ella y Aayla asintió.

No habían enemigos a la vista y corrieron por el pasillo a la velocidad suficiente para no cansarse en extremo y poder reservar energía para el momento de escapar.

- Es aquí- gritó Padme viendo una celda altamente custodiada

- Bien, es hora de usar las granadas- dijo Aayla y ambas ubicaron dos granadas en la puerta. La puerta era de acero reforzado, las granadas la derribarían pero no dañarían a nadie alrededor.

Luego de que la gigantesca explosión se escuchara entraron rápidamente y lo primero que Aayla sintió fueron dos fuertes brazos rodeando su cuello y estrangulándola. Padme apuntó al sujeto que había atrapado a Aayla y las lágrimas cayeron inmediatamente de los ojos de Padme.

El sujeto la observó y entonces sus lastimados ojos se abrieron en sorpresa.

- Padmé- susurró el sujeto que tenía ahora una enorme cicatriz en su ojo, sin embargo podía ver pues no había dañado el ojo. 

Un solo corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora