Hello there! Acá otro capi
Nuevos médicos llegaban al hospital de Coruscant para suplir a todos aquellos que se habían enlistado para la guerra.
A petición de Padme, nuevamente el puesto de Anakin había quedado en sus manos. Además Padme sabía que nadie quería ceder el puesto de Anakin a otro médico. Todos habían tomado un cariño especial por Anakin en todo ese tiempo.
Padme caminaba por los pasillos luego de haber dejado a Luke y Leia en el colegio. Habría deseado llevarlos de vuelta a casa y quedarse con ellos todo el día, pero tenía mucho trabajo que hacer.
Iba distraída leyendo algunos informes clínicos, cuando de pronto una voz la congeló y detuvo su caminar.
- Doctora Naberrie- susurró la voz a sus espaldas- Supongo que no esperabas verme por acá, aún así es un placer verte nuevamente
- Palo- susurró y se dio la vuelta para ver a un joven de brillantes ojos negros, cabello rizado del mismo color largo hasta los hombros atado en una coleta.
- Hola Padme, ha pasado mucho desde que coincidimos por última vez- dijo él con una sonrisa amable que Padme no veía hace mucho.
Juntando un valor que dada a la sorpresa no tenía Padme lo saludó amablemente. No quería que notara lo mucho que su presencia la afectaba. Sin embargo él sabía que su presencia la descolocaba.
Sabía todo de aquella mujer, sabía que estaba casada y que ahora estaba sola, era por eso que estaba allí, el dinero que le habían pagado por estar allí valía todo. Además, siempre era grato estar cerca de ella, aunque sabía que ella no pensaba lo mismo que él.
Padme habría salido rápidamente de allí, de no ser por las palabras que abandonaron la boca de Palo. Él había sido asignado a su unidad, a su equipo, por lo que lo vería con la misma frecuencia que veía a Ahsoka, si es que no más.
- Será un gusto tenerte trabajando en mi equipo- dijo Padme y luego procedió a mencionar todas las reglas que de seguro él ya conocía.
- Eres un poco más dura de lo que recordaba- bromeó él y Padme le dio una mirada amable pero gélida, dejándole claro que sería profesionalmente cortes con él, pero no estaba feliz con su presencia en el lugar.
- Por si no lo has notado, o sigues en tu afán de ignorar las noticias de realidad, estamos en guerra, los pasillos de este hospital se manchan de sangre día a día con la sangre de soldados que muchas veces no sobreviven, te recomiendo recordar eso la próxima vez que creas que soy dura- dijo Padme haciendo ademán de salir de allí
- Tengo entendido que tú esposo está en la guerra- dijo él y Padme se dio la vuelta mirándolo molesta, entendiendo su maldito mensaje. En cualquier minuto Anakin podía ser uno de esos soldados.
- Cuando él regrese estaré muy feliz de presentarlos, estoy segura de que le caerás bien- dijo Padme y Palo le dio una mirada sarcástica.
- Solo espero que regrese- dijo él y Padme habría dado algún ácido comentario, de no ser porque Bail Organa llegó al lugar y Palo se esfumó de allí tan pronto como el hombre mayor apareció.
- Sigue teniéndome miedo - dijo Bail Organa sonriendo- ¿Quién diría que el residente más estúpido que tuvo el hospital donde hiciste la residencia terminaría llegando acá?- preguntó Bail
- ¿Cómo fue que quedó en mi equipo?- preguntó Padme y Bail puso una mano en su hombro
- No tengo la menor idea Padme, pero te aseguro que tu familia podría estar involucrada- dijo Bail y Padme sonrió con sarcasmo.
Su adorable familia, su adorable y poderosa familia ¿Podrían alguna vez simplemente dejarla en paz? No, claro que no, no estaba en la naturaleza de su familia.
- Ni que lo diga- dijo Padme suspirando
- Lo mantendré a raya en lo que el Dr. Skywalker vuelve, luego, podremos presentarlos- dijo Bail y Padme sonrió.
Si, claro, sería todo un caso presentarle a su esposo, al imbécil que alguna vez fue su novio. Anakin estaría encantado, pensó con sarcasmo Padme.
Salió de allí y corrió a una cirugía a la que por culpa de Palo, llegaba atrasada. Aquel maldito hombre solo era presagio de desgracias.
El doctor Windu llegaba al lado del Doctor Organa mientras ambos miraban a Palo leer los informes con prepotencia, el hombre sabía que nadie lo quería allí, pero tampoco podían sacarlo de ese puesto.
- Sino es la Dra. Naberrie o tú que lo sacan- dijo Mace Windu- Seré yo, no quiero a uno de los médicos que aprobó la residencia con una de las notas más bajas en este hospital- dijo él y Bail asintió.
Palo se iría de ese lugar, no importaba como. Bail jamás lo permitiría cerca de Padme. No luego de la forma tormentosa en que ellos habían terminado.
En otro lugar de Coruscant, Shmi Skywalker terminaba de planchar la ropa de los niños a pesar de que Padme siempre le insistía en que no lo hiciera y se lo dejara a ella. Shmi simplemente no podría hacerlo.
Padme era por lejos la mujer más esforzada que había conocido. Corría del trabajo a casa, de casa al colegio de los niños y del colegio a casa, a veces del colegio a las compras ¿Cómo podría ella ser tan inhumana de dejarle las labores del hogar también? Ella podía hacerlo, además necesitaba distraerse, necesitaba cualquier tipo de distracción para no pensar en su hijo y en Obi- Wan que estaban en la guerra.
Satine que ahora vivía con ellas, regresaba del trabajo y la ayudaba en lo más que podía, pero Shmi siempre le decía que no se esforzara, que tomara el tiempo que necesitaba con su hija, aunque Satine siempre encontraba la forma de ayudarla.
Aquel día cuando Satine llegó del trabajo, encontró a Shmi desmayada al lado de un gran charco de agua debido a que el cubo con agua con el que trapeaba el piso se había dado vuelta a su lado.
Aterrada, Satine dejó a Ayra con cuidado en el sofá, y corrió a atender a Shmi. La mujer despertó casi de inmediato y Satine la ayudó a sentarse diciéndole que llamaría un taxi e irían al médico de inmediato.
- No es nada corazón- dijo Shmi mirando a Satine- Solo estoy cansada- dijo Shmi y Satine insistió, pero finalmente Shmi le dio un argumento convincente de que no se preocupara, ella estaría bien.
Satine aceptó el argumento de Shmi, pero sin duda lo conversaría con Padme cuando esta llegara y estaba segura que Padme arrastraría a su suegra al médico a que le realizaran exámenes.
Cuando se sintió mejor, Shmi comenzó a jugar con Ayra mientras Satine le preparaba un agua con azúcar.
Shmi solo podía pensar en que su cabeza dolía horrores y aún se sentía mareada, pero no quería que nadie supiera eso. No era el momento para que se preocuparan por ella. No cuando su hijo, Obi- Wan y Rex estaban en la guerra. Cuando ellos regresaran, tal vez sería el momento de preocuparse por si misma, pero por ahora, cumpliría la promesa que le hizo a su esposo, cuidaría de su familia. Sería fuerte y cuidaría de su familia. Había sido una promesa, y ella siempre cumplía sus promesas.
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Un solo corazón
Hayran KurguSecuela de mi novela fanfic de Star Wars - Almas Gemelas El matrimonio Skywalker ha logrado construir una vida feliz y pacífica. Su trabajo y la vida familiar están en su máximo esplendor. Pero. ¿Qué pasará cuando la guerra estalle? ¿Qué pasará cua...