YANG MI, SIEMPRE SUPO QUE MUDARSE A UN PAÍS TOTALMENTE diferente para ella no sería fácil y más cuando aún había coreanos que no aceptaban a los Japoneses en su país. Eso fue lo primero que pensó en el momento que se presento con su medio hermano y este, solo la vio con una expresión seria para luego darse la vuelta. Al entrar a una nueva escuela llegó a pensar que tendría amigas pero fue todo lo contrario, sólo fue objeto de burla por su peso y discriminación como ahora mismo lo estaba viviendo en carne propia.
—¡Yah~! Mi Querida Vaquita.. —Gire mi rostro obteniendo mejor visión. —Ven...Necesito de tu ayuda.
Me pare de mi asiento con miedo y me dirigí a ella, al estar a su lado paso su brazo por mis hombros haciéndome caminar hacia la parte menos concurrida de la escuela. De golpe se detuvo, provocando que también lo hiciera y allí me di cuenta que sus amigas la seguían por detrás. Sentí un empujón haciendo que dietó tropezones hacia delante.
—Para ser sincera me gustaría llevar la fiesta en paz contigo.—Presiono sus dedos contra su cien como si eso fuera a tranquilizarla. —Pero no puedo, tu me lo haces difícil.—La mire confundida.
—Pobrecita, que ilusa es.—Se río una amiga suya.
Sabía hasta donde iba llegar esto, con mi mirada observe sus posiciones encontrando la forma en la que pudiera huir con éxito. Sin pensarlo me lance hacia un hueco pero ellas fueron más rápidas y me sujetaron por los hombros empujandome ocasionando que cayera al suelo.
—Pensé en ser un poco amable pero no me dejas otra opción. —Dijo acercándose a mi.
Me tomo por el cabello tirando de este con fuerza haciendo que me pare del suelo, antes de recomponerme, sentí un ardor en mi mejilla traté de soltarme de su agarre pero eso provoco que me empujara contra una pared, sentí un gran dolor en mi espalda por el golpe. De reojo vi como el novio de MiSuk se acercaba con una sonrisa burlona, quien venia acompañado de sus amigos, la abrazo por la cintura mientras MiSuk grababa lo que me harían.
