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IBA ENTRANDO AL BAÑO CUANDO ESCUCHO A UNA CHICAS DE MI MISMA EDAD HABLANDO. Me quedé apoyada escuchando, bueno no suelo ser chismosa pero hubo un pequeño detalle, se nombro mi novio y lo que tenga que ver con él, me incluye.
Sin importarme las miradas de los alumnos que miraban extrañados lo que hacía, apoye mi oreja en la puerta.
-¿Entonces, lo harás?
-Obvio, tengo una arma bajo la manga.
Abrí mis ojos asustada al pensar que podría armar un tiroteo.
-Mi labial rojo cereza y la fragancia de mi carisimo perfume.
Allí solté el aire con alivio al no ser lo que estaba pensando, pero entre cerré mis ojos al escuchar lo último.
-¿Y si te llega a rechazar?
-Lo besaré.
Abrí mis ojos sorprendida.
-¿¡Qué!? ¿Estás loca?
Estoy totalmente de acuerdo contigo, me caes bien.
-Si, loca por él.
Rodee los ojos.
-¿Dónde te le vas a declarar?
-Al final del día, siempre pasa por el salón de ciencias para llegar a su moto y enfrente de todos lo haré para que vean nuestra futura relación.
En eso escucho como comienzan a caminar hacia la puerta me pare delante de la ventana que estaba enfrente del baño, como si viera algo. Ya un poco lejos de mi, gire viendo a las dos con una sonrisa burlona.
-Tsk... Buena suerte con eso.
Me di la vuelta y comencé a caminar a mi salón con los brazos cruzados y aun con la sonrisa burlona en mi cara. Al entrar todos se me quedan viendo, debo parecer a un psicópata con la sonrisa pero es lo de menos.
Camino hacia mi novio que se encuentra apoyado en su pupitre, me coloco a agachas a un lado de él y empiezo a darle golpes a su frente. Se queja para comenzar a darme manotazos, suelto un bufido, hasta que se me ocurre algo.
-Bebé, te vez tan sexy durmiendo pero necesito que me presté atención, si no lo haces no habrá besos.
Dije en su oído de forma ronca, al separarme veo como tiene los ojos abiertos mirando mi rostro.
Le doy una sonrisa de lado y el se acomoda en su asiento prestando me atención.
