Remember: 35

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Albany, Nueva York.
2 Días después.

Bajé del avión y los rayos del sol me pegaron en la cara, dándome una bocanada de aire fresco, de libertad, y finalmente sentí que pude respirar. Las ocho horas que hicimos en el avión no me ayudaron mucho; los síntomas del primer trimestre del embarazo aparecieron muy rápido y el vuelo no hizo más que empeorarlos, pero con todo eso, no puedo esperar a tener a mi pequeño o pequeña en mis brazos.

Me subí a la camioneta entre Richie y David, Alec en el asiento del copiloto y Jon en la parte de atrás. No ha intentado mucho por hablar conmigo, y no lo culpo, seguramente lo golpearía en cuanto lo tuviera cerca de mí.

Llegamos muy rápido al hotel y yo me dispuse a pedir mi habitación para poder descargar mi maleta y dormir todo el día si me es posible, estoy cansada física y emocionalmente, y así fue. Saqué todo de mi maleta y me tiré a la cama, a mirar el techo, pero mis ojos no querían cerrarse, por el contrario, querían seguir mirando hacia la nada, a un espacio vacío... Como yo.

Me levanté de la cama y me miré en el espejo. El pequeño bulto en mi vientre ya comenzaba a notarse y mis ojos se llenaron de lágrimas al imaginarme con la barriga del tamaño de un balón, y fue algo que, hasta cierto punto, me pareció gracioso.

Me levanté la camiseta y comencé a acariciar mi vientre. —Hola, bebito... Sé que aún no puedes escucharme, pero... Te amo, y te amaré mas cuando pueda tenerte entre mis brazos... — Sonreí al imaginarme la escena de Jon acariciando mi vientre. Se vería muy lindo, muy lejano a lo que todo el mundo cree que es, y no pude evitar soltarme a llorar. —T-Tu padre es un idiota... P-Pero y-yo me voy a encargar de que no te haga falta nada, amor mío...

***

—Rye, cariño...

—Mmmhhhmmm...

—Linda, es hora de irnos.

—Déjame...

—No, nena, no podemos dejarte aquí.

Abrí un poco los ojos y lo primero que encontré frente a mi, fue la cara de Jon.

—A ti no te importa.

—Rye, por favor...

—Jon, déjame en paz.

Aparté su brazo de mi camino y me levanté con dirección a la cajonera para sacar algo más apropiado para vestirme, y sentí su mirada sobre mí a cada minuto.

—Te ves hermosa.

—Gracias.

—No puedo esperar a que nazc...-

—Jon, ya te dije que no es tu hijo... Es Mío.

—No me importa que digas que no es mío, sabes que lo es... Y sabes también que si me alejas de él, el remordimiento no te dejará ni siquiera dormir.

—No hables como si me conocieras.

—Te conozco, Rye...

—¡No, no lo haces!... Si lo hicieras...

—Ya lo sé, ya lo sé... No le hubiera creído a Alexa.

Suspiré al recordar las cosas tan horribles que esa arpía le dijo sobre mi. —El hablar de mi... El hablar de mi es muy severo, ¿sabes? Y yo... Yo siempre supe que no tenía que hablar de ella, porque no soy mejor que nadie, pero tú dejaste que ella hablara de mi, y eso solo demuestra que soy mejor que ella... Y mucho mejor que tú también.

—Linda...

—Sólo vete, Jon...

Tomó su chaqueta de encima de la cómoda y caminó hacia mi puerta. —Te estaremos esperando en la recepción...

Cerró la puerta detrás de él, y fue ahí cuando finalmente pude descargar todo lo que tenía dentro. Golpeé las paredes y pateé la base de la cama... Por poco y me arranco todo el cabello, pero no pude lograr descargar toda la furia y la tristeza que tenía encima. Me habían arrebatado dos veces al amor de mi vida, y esta última había venido con la sorpresa de que él creía también que yo lo había engañado...

Me senté debajo de la cama y me quedé mirando el atardecer unos minutos mientras seguía llorando. En mi mente no dejaban de repetirse todas esas palabras tan horribles...

«¡Maldita mentirosa!»

«¡Ese hijo no es mío!»

«¡Me MENTISTE!»

Y mientras más recordaba, quizás más dejaba de amarlo, pero eso último me fue imposible.

—¿Qué es más importante que luchar por mí?

Remember •|Always, Vol. 2|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora