Remember: 32

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—¿¡Como pudiste ser tan imbecil!?

—¡Cállate! ¡No sabes nada de lo que pasó!

—¡Sólo sé que tú novia está embarazada y tú llegas completamente ebrio a querer matarla! ¿Que demonios pasó por tu cabeza?

—¡ESE NIÑO NO ES MIO!

—¡DEJA DE DECIR IDIOTECES! ¿DE QUIEN SERÍA SI NO FUERA TUYO?

—¡DÍMELO TÚ! ¡TU VISTE CUÁNTO TIEMPO PASABA CON RICHIE!

—Jon... — David se pasó las manos por la cara. —Eres... Eres un tremendo imbécil... ¿Quién te dijo semejante estupidez?

—Eso a ti no te importa...

—¡DEJA DE COMPORTARTE ASÍ, MALDITA SEA!

Sentí como quería golpearme, pero eso no me importa. Yo también quería golpearla a ella y me contuve mucho.

—Esto no es asunto tuyo, David.

—Lo es. Jon, ¿Qué pretendías? ¿Matarla, a caso?

—Estuve a punto.

—¡ESE HIJO ES TUYO, MIERDA! ¿Tienes idea de lo mucho que ella se esforzó en darte la sorpresa? Nosotros lo sabíamos desde el día que no quiso ir al médico... Ella quería darte la sorpresa, y todos estuvimos de acuerdo en que Richie le ayudara con esto... Apenas y puedo creer que tu estés pensando esto de ellos... ¿Quién te dijo semejante estupidez?

Odiaba admitirlo, pero él tenia razón. Richie es el mejor amigo de mi novia, además, él tiene a alguien que lo está esperando en California. Emma quedaría desolada si esto fuera verdad... ¿Como pude ser tan idiota?

Tomé mi chaqueta entre los empujones de David y bajé a la recepción del hotel. Richie llevó a Rye a una clínica que está cerca de aquí, ya que, al parecer, se le bajó la presión por el pequeño susto que le di... Pequeño.

La recepcionista me dijo que, en efecto, Richie le había pedido que llamara al médico para darle una cita de emergencia, me dió la dirección al instante, ya que le dije que se trataba de mi esposa.

Me monté en el primer taxi que encontré a pesar de que la clínica esté sólo a tres cuadras de aquí. Entre más rápido llegue, más rápido poderes explicarle la situación a Riley. Aunque me parece poco creíble que esto nos haya pasado por segunda vez aquí. Quizás sea un lugar que no nos trae mucha suerte, pero eso no tiene nada que ver. Fui un idiota con ella, pude haberla matado por el susto que le di o por casi querer golpearla... Soy un idiota.

Llegué y me topé con edificio de unos cinco pisos, bastante grande para ser sólo una clínica, deben tener a miles de personas aquí, y eso lo comprobé cuando pregunté por Riley y me encontré con tres nombres iguales, y habían ingresado con los síntomas, así que tuve que ir corriendo por los pasillos de cada piso queriendo arrancarme los tímpanos de sólo recordar el sonido de aquel pasillo horrendo del hospital en el que estuvimos cuando ocurrió el accidente. Odio los hospitales.

Corrí a las escaleras hacia el tercer piso porque el estúpido elevador no funcionaba, así que tuve que juntar todas las fuerzas y la energía que me quedó para correr, para poner toda la velocidad que pude, y finalmente, los encontré.

El cabello descontrolado de Richie se notaba a kilómetros de distancia, y me pareció una eternidad el llegar hasta él, pero hubiera querido que fuera mucho más largo, sólo para que el golpe que me dió en la mandíbula llegara más tarde.

—¡Lárgate de aquí, maldito loco imbecil!

No pude decirle nada. Sería aunas imbecil de mi parte intentar arreglarlo. Sé que está molesto, pero puede dejar su molestia para después y dejarme ver a mi mujer en este momento.

—Richie...

—¡Cállate! Jon, sólo... — Se detuvo el puño con su mano libre para evitar golpearme de nuevo. —Sólo lárgate de aquí.

Me levanté del piso y me acerqué a él lo más que pude. —¿Cómo está ella?

—Dudo que eso te interese.

—¡Dímelo ya, Richie!

Se burló de mi, pero me puso una mano en el hombro y me apretó hasta que sacó toda la furia que pudo. —¿Cómo te explico que tú novia entró en estado de shock?

—¿Qué...?

—Parecía que ibas a matarla, maldito estúpido.

—Y-Yo...

—Pero no debes preocuparte. Si piensas que ese niño es mío, te apuesto que estará mejor conmigo, que contigo.

Lo tomé del cuello de la camisa y lo estampe contra la pared. —¡No te atrevas a decir eso de nuevo! ¡Es mi hijo!, ¡MIO!

—¡Debiste pensar en eso cuando casi la matas a golpes!

—Yo no la golpee, estás loco.

Sacó su celular y me mostró en su galería unas fotos de los brazos de mi mujer... Mis dedos están marcados en ellos, y tiene un golpe algo fuerte en uno de sus muslos. Es que soy tan idiota...

—El único loco aquí, eres tú. ¿Qué mierda pasó por tu cabeza?

—Y-Yo... Es que...

Me armé de valor para contarle cada palabra que me dijo Alexa, y solamente lo vi apretar los puños hasta tener los nudillos completamente blancos. Sé que quiere golpearme, pero está esperando el momento adecuado para terminar de escucharme, y luego de eso, decidirá si golpearme es lo mejor, y quizás lo haga.

—Eres un maldito idiota, Jon.

Remember •|Always, Vol. 2|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora