Remember: 38

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Corrí hasta la habitación de mi mujer lo más rápido que pude y toqué su puerta luego de darme un gran respiro y terminar de ponerme los zapatos. Me abrió la puerta envuelta en una gabardina café, de esas que tanto le gustan, sus botas arriba de la rodilla y maquillada al natural. Simplemente perfecta.

—Jon, cálmate. Te dará un infarto si no respiras.

—Tranquila. — Le sonreí y me apoyé en el marco de la puerta. —¿Te sientes bien?

—Perfectamente, ¿Porqué no habría de estarlo?

—Bueno, simplemente quería saber si estás lo suficientemente bien como para salir a pasear.

Me sonrió. —Si, lo estoy.

Le devolví la sonrisa y le ofrecí mi mano, pero no la tomó. Simplemente me hizo a un lado de una manera discreta, apenas y tocándome. No dije nada. Está en su completo derecho de no querer acercarse mucho a mi todavía.

Caminó unos centímetros por delante de mi hasta las escaleras, cosa que me pareció extraña, así que me detuve frente al ascensor.

—¿Rye...?

Se dió la vuelta y me miró. —¿Si?

Señalé las puertas cerradas del elevador. —¿No bajaremos por aquí?

Se rió un poco y se señaló la cabeza. —Me marea.

—Oh, claro, es verdad...

Siguió sonriendo y comenzó a bajar las escaleras, conmigo detrás de ella, hasta que llegamos a la entrada del hotel.

—¿A dónde piensas ir?

Caminé unos metros de ella hacia la banqueta para parar un taxi. —Ya lo verás.

Pasaron diez minutos y no había ni un maldito taxi. Seguíamos parados en esa esquina y mi paciencia estaba terminando.

—Ven, Rye, caminemos un rato.

Se cruzó de brazos y caminó junto a mi dos calles antes de que pudiera pasar un taxi, y me detuvo antes de pedirle la parada.

—No... Sigamos caminando... Me gusta, la Luna se ve preciosa.

—No quería hacerte caminar.

—No me pasará nada.

—No se supone que hagas siquiera nada.

—Sólo estoy embarazada. No es algo del otro mundo. Caminar nos hará bien.

Tiene razón, así que me hice a un lado de la orilla de la banqueta y seguí caminando con ella mientras trataba de memorizar bien las calles para llegar y poder volver.

El silencio entre nosotros no era muy cómodo, así que tomé aire y valor para poder abrir la boca:

—¿Qué te gustaría que fuera?

Me miró, un poco extrañada. —¿Qué?

—Nues...- Él bebé.

Lo pensó unos cuantos segundos, pero no había mucho qué pensar. Siempre ha querido que sea un niño. —Niño.

Sonreí. —¿Has pensado en algún nombre?

—Jaeden... Me encanta ese nombre.

Con J, como el nombre de su padre, pensé. Y casi me da un pequeño ataque de risa, pero supe controlarme.

—Es un lindo nombre.

—¿A ti qué te gustaría?

—Que venga lo que tenga que venir... Igual, lo voy a amar muchísimo.

Remember •|Always, Vol. 2|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora