Remember: 19.

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—¿Qué...?

No me dio tiempo de pensar siquiera en lo que había dicho, cuando me besó de pronto... Intentó apretarme contra ella y no me negué ante su petición. La tomé por la cintura y la acerqué a mí lo más que pude... Acaricié su cabello, sus mejillas y por primera vez en días, me sentía completo.

Enredó sus manos en mi cabello y tiró levemente de él, haciéndome separarme unos centímetros de ella. Por un momento creí que quería que me detuviera, pero sentí sus labios buscando los míos nuevamente y finalmente, sentí que el aire estaba llegando a mis pulmones.

Se soltó de mi con un leve mordisco en mi labio inferior y sonrió... Sentí su sonrisa sobre mis labios.

—¿Dónde escuchaste eso?

Sé que es una frase de un libro que había estado escribiendo. Sólo quería que lo dijera.

—Yo... Creo que... Creo que la sé desde siempre...

Acaricié su mejilla de nueva cuenta y ella de recargó más en mi mano, buscando hacer más duradero y tierno mi gesto hacia ella. Podría mirarla hacer eso todo el día y no me cansaría jamás.

Me abrazó y ya no quise soltarla. Seguí avanzando en la fila con ella colgada de mi cuello... Sentía como jugaba con mi camiseta y como jalaba tiernamente los mechones de mi cabello que rosaban mis hombros... Sus manos tocando la línea de mi cuello y de mis brazos. La sentía acurrucarse contra mí sin afán de soltarme, al contrario... Ella quería estar cerca de mí.

Cuando llegó nuestro turno pedí todo lo que ella quiso. Mi hermosa nena parecía una niña pequeña esperándome con su helado en la mano y un chocolate en la otra.

—¿Qué son tus tatuajes? — Me preguntó de pronto.

Suspiré. Recordé la primera vez que me lo preguntó.

Subí la manga de mi brazo izquierdo para darle una mejor vista. —¿Qué crees que es?

Tocó las líneas, como esa vez y mi piel se erizó de pronto. Sigue siendo la misma y siempre lo será. Y estaré encantado de reescribir nuestra historia de amor si es que así debe ser.

—Parece... No sé... ¿Una mariposa?

Se rió para ella sola. Claramente sabe que no es una mariposa, pero... Ella es feliz creyendo eso.

Cuando Carly y Harry nos alcanzaron faltaban cinco minutos para que comenzara la película, así que no tardamos en entrar y buscar nuestros asientos. Riley se sentó junto a mí y tomó mi mano todo el rato que duró la película. La escuché cantar It Must Have Been Love Como Toda una profesional. A veces creo que está viviendo su misma vida... La veo y aún recuerdo todas las manías que tiene. Cómo juega con sus manos y como se muerde las uñas... Cómo se quita y se pone los lentes y como encoge los ojos cuando no los tiene puestos. Es hermosa.

Cuando íbamos de vuelta a casa de Carly, Riley me pidió que la llevara conmigo a casa. Llamó a sus padres y les avisó que no la esperaran despierta... Dijo que quiere pasar un rato conmigo para hablar de todo lo que tiene que preguntarme.

Dejé a Carly en su casa y le avisé a Richie por teléfono que voy a ir a mi departamento con Riley un rato y que probable me quede hasta tarde. Sé que su casa no es un hotel ni mucho menos, pero por primera vez en días Riley finalmente me está preguntando cosas, y no dejaré pasar nada por alto.

Llegamos al apartamento y Riley subió al último piso... Extrañamente sabe dónde es.

Entramos y encontré todo como lo dejé. Tampoco ha pasado mucho tiempo de que me fui, pero me pareció una eternidad estar en un lugar que no fuera en donde estuviera ella.

Pasó sus manos por el sofá y por las pocas cosas que tenemos por ahí. Entró a la habitación y se sentó en la cama... No la apresuré mucho. Tenía la mirada perdida, encontrándose en cada rincón del departamento.

—Me siento en casa. — Me confesó en un suspiro.

—Es tu casa, cariño.

—¿Que cuánto vives aquí?

—Vivimos... — Le corregí con voz más baja de la que pretendía usar. —Hace casi dos años.

Asintió levemente y pasó su mano por el edredón de la cama. Parece confundida, y que tiene ganas de preguntarme mas cosas, pero no quiero que se presione.

Me miró un momento y alcancé a ver las lágrimas que guardaban sus ojos, así que me acerqué y me puse de rodillas frente a ella.

—¿Te pasa algo?

Se quitó los lentes y se limpió un poco los ojos. —Es que... — Su voz temblorosa me rompió el corazón. —Q-Quisiera recordar más... C-Contigo me siento en casa, me siento libre y me duele no saber que pasó entre nosotros...

La tomé de la barbilla para que me mirara y le limpié las mejillas. —No es tu culpa, nena...

—¿Qué pasó ese día...?

Sentí como el color cayó de mis Mejillas.

—Bueno... S-Solo tuvimos un accidente... Iba manejando y un tráiler nos chocó de frente...

Me acarició una mejilla y me sonrió débilmente. —Sé que no fue tu culpa...

Le sonreí de vuelta. —Gracias.

Pasó sus manos por mi cabello y sentí como me jalaba hacia ella para besarme de nueva cuenta. Jamás le negaría un beso. Un beso suyo es todo lo que necesito para poder comenzar de nuevo, para saber que estoy vivo... Y que la sigo necesitando.

Me jaló de la camiseta hasta que quedé encima de ella apoyándome sobre mis brazos. Sentí sus manos recorrer mi espalda, rasguñarme... Sentí como separó sus piernas hasta que quedé en medio de ellas.

Pero no... No, no puedo hacer esto. No así.

Me separé un poco de ella en cuanto pude.

—L-Linda...

—Cállate.

Me besó de nuevo... Me está provocando. Ella es el pecado que siempre quiero cometer. Mi pecado favorito, y estaré encantado de condenarme por ella.

Me separé un poco de ella otra vez y la miré a los ojos. —Dime que es lo que quieres.

La sentí estremecerse debajo de mí y vi sus ojos ponerse completamente negros.

—Quiero que me hagas tuya, Jon.

Remember •|Always, Vol. 2|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora