Remember •|Always, Vol. 2|•

Remember: 17

Me estacioné frente a la casa de Richie y bajé mis cosas del auto. Emma me abrió la puerta y me recibió con un abrazo muy fuerte. Si ese abrazo hubiera durado más, quizás hubiera llorado en su hombro un buen rato.

Entré en su casa y me encontré a Richie sentado en el sillón, viendo la televisión y se levantó a abrazarme También cuando me vio entrar.

—Creí que no vendrías.

—Creo que será mejor estar aquí... Ese lugar no es para mí si no está ella.

No fue una mentira del todo. En parte fue verdad, pero mi parte no racional me está regañando por no haber elegido quedarme en mi departamento, sólo, con lo poco que queda ahí de mi novia.

Estoy en un punto medio, en el que aún no sé exactamente que voy a hacer. Debería quedarme aquí con ellos y quizás pasar un buen rato con gente que quiero y que me quiere, o puedo volver a casa a llorar y a pedirle a Dios que le quite la venda de los ojos...

Definitivamente este tiempo no es para mí.

—Puedes quedarte todo el tiempo que quieras. Prefiero tenerte aquí, que saber que estás sólo y no saber que estás haciendo.

Le agradezco que me conozca tanto. Es la única persona que me conoce como para saber que sin ella, soy capaz de hacer una tontería.

Le sonreí y subí a la habitación que me dijeron. Está bien para mí, en realidad. Una cama, un espejo y tiene baño. Sin duda alguna voy a ser muy feliz aquí.

Me dispuse a desempacar la maleta y a meter mi ropa en la pequeña cajonera que está a un lado de la cama... Metí en los cajones mi tristeza y mi desesperación También. Ojalá pueda encerrarlos bajo llave.

Me senté en la cama y perdí mi visión en el espejo que tenía delante de mi. Recordé como ella solía subirse encima de mi cuando estaba sentado en la cama... Cómo pasaba sus delgadas manos alrededor de mis brazos y el calor que me daba todas las noches, cuando enredaba sus piernas al rededor de mi, y cuánto la extraño...

Pero en ese preciso momento, entendí algo... No podía quedarme en ese agujero. Un agujero que yo mismo me había cavado, y que estaba a punto de enterrarme hasta el cuello si no hacía algo. Pero es que sin ella no puedo... No hay nada después de ella.