Remember: 14

117 7 1
                                    

Firmaron el acta de alta de Riley a los pocos minutos y finalmente pudimos irnos, pero ese día no quería llevarla directamente a su casa, así que le pedí permiso a sus padres para demorarnos un poco, y agradezco que no me dijeran que no.

La subí al auto con cuidado y le puse el cinturón para luego dirigirme a mi lugar. La carretera está mojada por las gotas de lluvia que están cayendo, y por eso no puedo evitar recordar lo mucho que a ella le gusta el sonido de la lluvia.

—¿A dónde vamos?

—A un lugar especial, ya lo verás.

En otras circunstancias, hubiera envuelto su mano entre la mía, pero preferí dejarlo así... No quiero que se presione ni que se sienta incómoda.

No tardé mucho en llegar al parque; solo tuve que desviarme una vez, y sus ojos fascinados al mirar nuestro lugar favorito fueron la mejor recompensa que tuve.

—¿Qué hacemos aquí?

—Pues... — La ayudé a quitarse el cinturón. —La historia que te conté tiene un capítulo que está en este lugar.

Me sonrió. —¿Te importaría contarme de que trata?

Le devolví el gesto y la ayude a bajar del auto y juntos caminamos hacia dentro del parque. Los niños jugando y corriendo por ahí me recordaron la primera vez que vine... Cómo ella se subió en cada atracción, lo cansada que estaba y aún así, como hicimos el amor después... Ese lugar jamás terminaron de arreglarlo y le gustaba venir aquí siempre que podía, o cuando estaba molesta.

Flashback

—¡Deja de ser tan egoísta!

—Me iré quieras o no. Es mi trabajo.

—Sólo te pido que me dejes ir contigo o que no te vayas tanto tiempo...

—¡No es tan fácil! — Pegué fuertemente contra la mesa y vi como ella dió un pequeño salto. —Tengo un contrato que debo seguir, y si no te gusta mi trabajo, no entiendo que haces conmigo. No deberías estar conmigo.

Su expresión era neutra, pero podía ver en sus ojos que le había dolido ese comentario.

—¿Me estás terminando?

Alcé los hombros en respuesta. —Si quieres creer eso, creelo.

De un sólo brinco se puso frente a mi, impidiendome el paso. —¡Si hay alguien que ha estado contigo he sido yo! ¡Cualquier otra en mi lugar se hubiera ido cuando no eras nadie!

—Sigo sin ser nada.

Quería hacerla enojar más. Lo estaba logrando. Me gusta.

—¡Entonces lárgate a tu estúpida gira!

Salió del apartamento sin nada más que decir. Sólo tomó sus llaves y se fue... Por un momento me sentí bien por hacerla enojar de ese modo, pero no era la satisfacción que estaba buscando... Pero me obligué a mi mismo a creer que volvería un rato después y me preocupé cuando no lo hizo, así que decidí ir a buscarla... Busqué en la escuela, en su universidad, en casa de sus padres y no había rastro de ella... Había pensado en llamar a la policía hasta que recordé el lugar más importante, y en el que nunca pensé en buscarla.

Conduje por la carretera hasta que llegué al parque. Pregunté por ella en todos lados y nadie sabía decirme nada, así que decidí buscarla por mi cuenta, hasta que la encontré.

Estaba dentro de esa obra que nunca han terminado, en una esquina con las rodillas abrazadas al pecho, llorando y con la cara escondida en un hueco entre su pecho y sus rodillas.

—Amor...

Me acerqué a ella cuando levantó la mirada, pero su expresión era neutra, casi sin nada que expresar.

—Déjame.

La tomé entre mis brazos y luché con ella cuando comenzó a resistirse... Puso el cuerpo duro, los brazos y las piernas, así que me costó trabajo levantarla. Estaba temblando de frío y me dejó abrazarla sin ningún problema cuando sintió el calor de mis brazos.

—Hey... — La tomé del mentón para que me viera a los ojos. —Vamos a casa, porfavor...

No me dijo nada. Solo escondió la cara en mi pecho hasta que salimos de ese lugar...

Fin del Flashback.

—Solíamos venir mucho aquí...

—¿Qué tan seguido?

—Venías cada vez que peleábamos por algo, o cuando querías estar sola para recordar algo...

—¿Qué tendría que recordar?

Le ofrecí mi mano para llevarla hasta ese lugar que fue nuestro, cuando nos recostamos en el pasto y ella se quedó dormida en mi pecho... Cuando supe que estaba enamorado de ella.

Tomó mi mano con algo de inseguridad pero su agarre se hizo más fuerte conforme avanzabamos.

Llegamos a ese pequeño tramo que hay en soledad. El pasto está seco y las hojas amarillas de los árboles cayeron encima, dándole un aspecto melancólico, pero muy hermoso.

Me acerqué a ese lugar y me senté sobre las hojas. —Ven aquí.

Le extendí mi mano nuevamente y ella negó al instante. —Odio recostarme en el pasto.

—Lo odiabas... Hasta que vinimos aquí...

Me miró con cara de pocos amigos, pero aún así se acercó a mí y le tendí mi mano para ayudarla a sentarse. No dudó en hacerlo, y lo hizo del mismo lado que ese día...

El recuerdo de ese día me invadió como nunca. Supongo que la ausencia que siento de ella hace que el recuerdo se vuelva más poderoso. Es lo que causa la soledad. Aviva los recuerdos, y de ese modo te ayudan a seguir adelante, o te destruyen.

—Cuéntame del día que vinimos aquí.

La miré y la encontré recostada en el pasto, igual que ese día, girada hacia mí y mirándome como si yo fuera lo último que sus ojos fueran a ver.

—Ese día... Te subiste a todos los juegos que quisiste, y luego... Luego... — sentí el calor subir a mis mejillas cuando llegué a esa parte. —Luego... Fuimos a caminar... Y encontramos un lugar no han privado y nosotros... T-Tu y yo... Bueno...

—¡Dilo y ya!

—No sé que te picó ese día, pero... Allá atrás... — Señalé las pequeñas ruinas de la parte trasera del parque. —Me pediste que te hiciera...

—¡Wow! ¡Wow! ¡Espera! — Su rostro estaba rojo, sentía lo nerviosa que se había puesto, así que decidí callarme. —Hablas de que... Tu y yo...?

—No hablaré más del tema, nena.

Sus mejillas estaban completamente rojas y tuve que contenerme para no echarme a reír en ese momento. Hubiera sido algo realmente molesto para ella.

—Solias venir aquí cuando te molestabas...

—¿Mucho tiempo?

—Sólo cuando peleábamos.

Suspiró. —¿Era muy seguido?

—No, cariño... Casi nunca, pero aún así te encantaba venir.

No dijo nada luego de eso. La miré por el rabillo de mi ojo y recordé la primera vez que vinimos aquí... Cómo se recostó en mi pecho y como la luz daba en su rostro. Se veía radiante y fue ahí cuando sentí lo enamorado que estaba de ella por primera vez.

—¿Nos vamos? — Me preguntó luego de un rato con la voz algo temblorosa. Le dije que si con la cabeza y la ayudé a levantarse... Nos fuimos de ahí cargando pesadamente con los recuerdos. Al menos, yo.

Remember •|Always, Vol. 2|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora