𝐋𝐞𝐨
Después de hacer una incursión en un museo lleno de fantasmas confederados, Leo no pensaba que el día pudiera ir peor. Estaba equivocado.
No habían encontrado nada en el submarino de la guerra de Secesión ni en ninguna otra parte del museo; solo unos cuantos turistas viejos, un guarda de seguridad dormitando y —al intentar inspeccionar los artefactos— un batallón entero de zombis relucientes con uniformes grises.
¿Y la idea de que Frank controlara a los espíritus? Sí..., no había dado resultado. Cuando Piper envió un mensaje de Iris avisándoles del ataque de los romanos, ya estaban a mitad de camino del barco, después de haber sido perseguidos por el centro de Charleston por una panda de muertos furiosos de la Confederación.
Entonces — ¡vaya!— Leo tuvo ocasión de volar con Frank el Águila Amistosa para que pudieran luchar contra un grupo de romanos. Debía de haber corrido el rumor de que Leo era el que había disparado sobre su pequeña ciudad, porque los romanos parecían especialmente deseosos de matarlo.
¡Pero la cosa no acababa ahí! El entrenador Hedge los abatió a tiros; Frank lo soltó (no fue un accidente); y aterrizaron forzosamente en el fuerte Sumter.
En ese momento, mientras el Argo II surcaba a toda velocidad las olas, Leo tuvo que echar mano de toda su pericia para mantener el barco intacto. A Percy y a Jason se les daba demasiado bien provocar enormes tormentas.
En un momento dado, Helena se acercó a él, dándole un porrazo en el hombro.
— ¡Ey! — Se quejó él.
Pero ella no se inmutó, Leo estaba sorprendido, pero casi se quedó con el ojo cuadrado cuando ella se lanzó a abrazarlo.
— ¡Eres un idiota, Valdez! — Le grito ella, para hacerse escuchar debido al rugido del viento.
Suponía que esa era la forma de preocupación de Helena cuando estaba enojada con alguien.
— Helena... Yo...
Ella aún mantenía aquel rostro furioso, pero le detuvo: — Ya no estoy enojada contigo, pero más te vale no volver a decir eso o te tiro del barco.
Leo sintió alivio, no le gustaba estar de aquella forma con Lena, además, sus amenazas nunca eran en vano.
— Me considero advertido.
—Más te vale, por cierto, Percy dice que ha hablado con una nereida en el puerto de Charleston.
—¡Bien hecho! —contestó Leo.
—La nereida le dijo que debíamos buscar la ayuda de los hermanos de Quirón.
—¿Qué quiere decir eso? ¿Los Ponis Juerguistas?
Leo no conocía a los parientes del chiflado centauro Quirón, pero había oído rumores acerca de duelos con pistolas de agua, concursos de bebida de cerveza de raíz y escopetas de agua llenas de nata montada a presión.
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𝐌𝐨𝐨𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝; Percy Jackson [#3]
Fanfiction❝ You left me there alone and at the mercy of the pain of your departure, that beautiful meadow in which we both once laughed became a paramo that the only thing that brought me was soleized❞ ❝ Me dejaste allí sola y a merced del dolor de tu partida...