𝐌𝐨𝐨𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝; Percy Jackson [#3]

𝐕𝐈

𝐕𝐈
𝐏𝐢𝐩𝐞𝐫

Piper no se relajó hasta que la luz de la ciudad de Quebec se apagó detrás de ellos.

—Has estado increíble —le dijo Jason a Helena que estaba tan pálida como la misma Quione.

Ella le miró con aquellos ojos tan turbulentos que parecían pensar en una y mil cosas a la vez que Piper nunca lograría entender a la primera, estaba segura que estaba tratando de idear una forma para resolver todo aquel embrollo ella sola. Aún con aquella mirada y su rostro serio asintió sin importancia — Gracias, aunque no creo que haya hecho mucho.

¿Es que acaso bromeaba? La gran mayoría lo había hecho ella sola ¿Y lo tomaba como si nada? En cambio ella... Lo único que había hecho era apoyar lo que decía la rubia sin rechistar y tratar de no morir del puto miedo que tenía ¿Como ella había sido capaz de tragarse su propio miedo?

Jason negó — Helena, tú fuiste quien hizo la mayoría de cosas, estoy seguro que no lo habíamos logrado sin ti.

Sus mejillas se tornaron de un leve rosa que era casi imperceptible pero aún así lograba agregarle encanto — Eso es mentira, se perfectamente que ustedes se las habrian arreglado sin mi y lo digo enserio... Y algo me dice que Piper lo hubiera hecho mejor que yo.

El cumplido debería haberle alegrado el día, la chica más valerosa que había conocido en toda su vida la había elojiado pero ella solo podía pensar en el problema que le aguardaba. « Se agitan cosas malvadas» , les había advertido Zetes. Ella lo sabía de primera mano. Cuanto más se acercaban al solsticio, menos tiempo tenía Piper para tomar la decisión.

— Yo solo he hablado con Bóreas. No tiene nada de increíble.

No se volvió para mirar, pero se imaginó que Helena tenía un rostro amable.

— Has salvado a Jason de acabar en la colección de héroes congelados de Quíone —dijo él—. Te debe una. Aunque no quieras admitirlo...

Eso era sin duda la parte más fácil, pensó Piper. De ninguna manera habría dejado que aquella bruja de hielo se quedara con Jason. Lo que más le preocupaba era la forma en que Bóreas había cambiado de forma y por qué les había dejado marchar. Tenía algo que ver con el pasado de Jason y con los tatuajes que tenía en el brazo. Bóreas creía que Jason era romano, y los romanos no se mezclan con los griegos. Seguía esperando a que Jason le diera una explicación, pero estaba claro que él no quería hablar del asunto.

Hasta ese momento, Piper se había negado a aceptar que el sitio de Jason no estuviera en el Campamento Mestizo. Estaba claro que él era un semidiós. Por supuesto que su sitio estaba allí. Pero en ese momento…, ¿y si era otra cosa? ¿Y si realmente era un enemigo? No soportaba la idea como tampoco soportaba a Quíone o como cuando Helena se acercaba mucho a Jasom.

Leo les pasó unos sándwiches de su mochila. Había estado callado desde que le habían contado lo que había pasado en la sala del trono.

—Sigo sin creerme lo de Quíone —dijo—. Parecía muy maja.