FRAGMENTO 2

565 46 4
                                    

Si esta bien. Acepté la mano del hombre de cabello negro y a paso lento salimos del bar.

Bueno parece que esos tragos se están subiendo demasiado rápido, dime recuerdas el camino para llegar a casa. Dijo en tono de súplica.

No sé preocupe estoy bien y si lo recuerdo mi nuevo departamento está a unas cuantas calles de aquí. Indiqué con la voz más normal y menos ebria que tuve y al parecer no le convenció.

Esta bien, entonces tu me indicaras hacia donde ir. Dicho eso comenzamos a caminar sobre la acera y yo sentía que todo alrededor se movía bruscamente, pero trataba de controlarme.

De pronto mis pies se cruzaron y casi caigo al suelo de no ser porque él me tomaba del brazo.

Oye cuidado vas a lastimarte, será mejor que te sujete con más fuerza. Dicho eso pasó su brazo atrás de mi espalda y rodeó mi cintura, el contacto de su mano fría con mi piel me provocó escalofríos.

Así estarás más segura.

En esta esquina hay que dar vuelta a la derecha. Indiqué.

Dime cómo es que alguien como tú fue a parar a un lugar como ese. Cuestionó mi acompañante algo curioso.

Creo que no hay nada que explicar, tu ya lo dijiste hace un momento, soy una mujer ingenua que se acaba de mudar a esta ciudad siguiendo un objetivo y que no se fija en dónde se mete y es pésima para tratar con la gente. Dije demasiado rápido.

Ok entiendo, perdón por lo de ingenua.

No te preocupes, ya aprendí mi lección, oye tengo mucho frío ¿es por culpa del alcohol?. Dije

Puede ser, eso y también que vienes demasiado... descubierta.

Cierto creo que olvidé mi abrigo en el bar. Afirmé.

No te preocupes esto tiene solución. Se detuvo, me soltó, se quitó su chaqueta y la puso sobre mis hombros.

Muchas gracias, en el edificio al final de esta calle ahí está mi departamento en el cuarto piso es el número veinte. Dije muy rápido

Entiendo, demasiada información pero esta bien, pronto estarás segura. Afirmó.

Minutos después estábamos en la puerta de mi departamento, sin embargo estaba tan ebria que no pude ni meter la llave en la cerradura y mi acompañante terminó haciendo todo, abrió, me sujetó, me metió al oscuro departamento, encendió la luz y me dejó caer sobre el sillón.

Sí que estaban sobrecargados esos tragos, estás mucho peor... pensaba dejarte descansar, pero creo que un café negro te caerá muy bien para bajar esa borrachera ¿dónde está tu cocina?. Preguntó mirando a su alrededor.

A la derecha en esa puerta. Señale algo torpe.

Oye espera... ah... traté de llamarlo pero ni siquiera sabía su nombre.

Eh... Shota. Respondió y me miró pensativo, pues tampoco sabía mi nombre.

Esta bien Shota... yo... soy... Yuri. Afirmé algo confundida.

Me siento muy extraña.

Eso es normal después de todo lo que consumiste, que ni siquiera sabemos qué es. Con el café después de un rato los efectos pasarán no te preocupes.

Entiendo, pero tengo mucho calor. Dije arrojando su chaqueta  a un rincón y sintiendo como mis mejillas ardían.

Tranquila ya pasará. Aseguró y fue a la cocina.

En un instante estaba de regreso con una taza de café cargado.

Bebe esto, te hará bien.

Si gracias, acepté la taza mientras me miraba atentamente y entiendo porque.

Me notaba ansiosa, tenía los puños apretados al sillón, al igual que las piernas y mi respiración estaba muy acelerada.

¿Qué me pasa?.

Cálmate al parecer los afrodisíacos que pusieron en el whisky están haciendo efecto. Dijo como si fuera lo más normal del mundo.

Sin más tomé el café en silencio asimilando lo que pasaba... estaba sola en mi nuevo departamento, en compañía de un extraño completamente ebria y muy, muy excitada.

Y dime ¿tu vas a esos lugares muy a menudo? Porque por lo que veo acostumbras salvar a damas en peligro. Cuestioné terminando el café y mirando con curiosidad a Shota que estaba sentado frente a mi.

Ah sí eso parece jaja, pues no de hecho fue una simple casualidad, pero afortunadamente estaba ahí o la verdad no sé donde estarías tu ahora. Afirmó y se puso de pie.

Bueno por lo que veo ya estas mucho mejor, así que me voy para que puedas descansar. Dijo y se dirigió a la puerta.

Por favor espera no te vayas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por favor espera no te vayas. Suplique y torpemente alcance a sujetar su mano antes de que saliera.

No sé cómo ni porqué, pero ese hombre que hace un rato me había parecido desaliñado y simple ahora tenía un aura extraña de virilidad y misterio que me atraía demasiado y quería estar muy cerca de él.

Tal vez era el alcohol o los afrodisíacos lo que me hizo actuar tan impulsiva pero esta fue la solución que encontré para que no se fuera.

Como pude me levanté del sillón, me lancé con fuerza y clavé mis labios sobre los suyos en un beso muy brusco pero apasionado, el cual al principio lo impactó pero poco a poco cedió y correspondió con fuerza.

Quédate, lo necesito. Afirmé con la respiración acelerada y sin alejarme de él.

Espera estás confundida, lo dices porque aún no te recuperas del todo y yo estoy seguro que no soy del tipo con quien quisieras pasar la noche. Dijo con la respiración agitada y tratando de contenerse y apartarme.

Por favor, tu no me conoces ni puedes estar seguro de eso... además... eres un hombre muy sexy. Susurre a su oído y tomé su lóbulo entre mis dientes.

Quédate conmigo Shota, te necesito y quiero que me hagas tuya... tu también lo quieres. Dije con voz sensual mientras acariciaba su cabello y le daba pequeños besos en el cuello.

De inmediato sentí como me sujetó de la cintura y buscó mis labios para volver a besarme.

Esta bien me quedo... esta será una noche interesante. Dicho esto comenzó a deshacerse de mi ropa y acariciarme apasionadamente mientras yo lo guiaba despacio hasta la habitación.

Perfectos Desconocidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora