Capítulo 23

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Alyssa relajó la frente al tomar un trago más de su bebida

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Alyssa relajó la frente al tomar un trago más de su bebida. Era ya tarde en la noche y aún no lograba calmar la rabia que sentía consigo misma y con todos. En especial con su mejor amigo. Pero no podía pensar en él. Mejor alejaba a Nate de su mente, si no quería estallar de nuevo en lágrimas y relámpagos plateados. Iba a quedarse sin esencia mágica como no comenzara a meditar sobre algo más. Podría empezar por preguntarse de qué manera había conseguido meterse en aquel bar. Ya le habían dirigido miradas obscenas en más de una ocasión desde que llegara, pero estaba tan furiosa que no podía molestarse a causa de ello en esos momentos.

Una llamada hizo vibrar su teléfono, asustándola. Alyssa frunció el ceño, sorprendida ante el nombre que se podía leer en la pantalla. No se trataba de la enésima vez que Allen intentaba localizarla. Tampoco eran Adrien o las chicas. Era la persona que menos hubiese imaginado en ese instante.

—¿Sí? —contestó, con un hilo de voz— ¿Estás ahí?

Estuvo a punto del colgar cuando nadie respondió a su pregunta, pero notó una respiración agitada al otro lado de la línea. Algo andaba mal.

—¿Ash? ... ¡Asher!

Alyssa se puso de pie y caminó hacia la salida después de pagar lo que había bebido. Tal vez no hubiese buena recepción dentro del local. La oscuridad del exterior era notable, solo combatida con escasas luces ubicadas en puntos estratégicos. La chica pensó que al menos serían suficientes para salir de allí sin tropezar demasiado.

—¿Asher?

—Aly... ¿Dónde estás ahora mismo?

—Escucha, lo que Allen te haya dicho... es todo mentira.

—¿Allen? No he hablado con Allen. Necesito verte con urgencia, Aly. No estás en el Goreth. Entonces, ¿dónde?

Alyssa tragó saliva, nerviosa. Sus hermanos mayores no habían hablado, y, aun así, Asher ya sabía que no se encontraba dentro de la escuela. Arrugó el rostro en una mueca, imaginando el sermón que le darían. Pensando en ello, la chica le comunicó su dirección actual. Terminó la llamada con un mal presentimiento, guardó su teléfono en uno de los bolsillos y bebió un último trago de la botella que había traído consigo. Ya que iban a regañarla de todos modos, por lo menos la disfrutaría. Una vez vacío, la muchacha lanzó el recipiente hacia el contenedor de basura del local.

El ruido causado por la botella al romperse enmascaró el sonido de pasos arrastrándose hacia ella. Sin embargo, no fue por mucho tiempo, porque después de eso se volteó hacia esa dirección. Alyssa saltó en su lugar sin poderlo evitar, pero se controló lo suficiente como para no gritar. No era una miedosa, se había criado con tres hermanos mayores y tenido que luchar por imponerse. Aunque no sabía si eso le serviría para manejar lo que tenía enfrente.

—¿Sabes una cosa? —dijo el recién llegado— Me gustan mucho las niñitas con uniforme.

Alyssa torció la mirada, queriendo golpearse por imprudente. Por supuesto, pelearse con su mejor amigo le había hecho perder la razón, y tenía que haberse fugado a un lugar donde rondaban todo tipo de delincuentes y pervertidos. De todo tipo de razas. El hombre de aspecto juvenil se le acercó y la olfateó. Aparentemente, la chica tenía mala suerte, o una capacidad innata para atraer a esa clase de monstruos.

Resplandor [Hermanos Ceniza I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora