Capítulo 14

295 55 9
                                    

Nathan se aclaró la garganta antes de girarse hacia Adrien para terminar con el asunto cuanto antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nathan se aclaró la garganta antes de girarse hacia Adrien para terminar con el asunto cuanto antes. El muchacho parecía no tener nada importante en mente a simple vista. Pero para el chico que lo conocía de toda la vida, era evidente que no era así.

—¿Te pasa algo? Pareces...

—Preocupado, y lo estoy —La seriedad en el rostro del chico parecía ajena, extraña en aquellas facciones acostumbradas a sonreír.

—¿Puedo preguntar por qué?

—No finjas ser tonto, Nathaniel.

Las palabras hicieron un hueco en el pecho del joven. Lo que más había temido desde su temprana adolescencia estaba sucediendo. Perdería a sus amigos de siempre por no poder controlar a sus hormonas. El pensamiento lo hacía sentir miserable.

—Es obvio que he tenido la idea de venir a este lugar, pero no tengo nada de dinero. Me gasté lo último que me dejó mi padre en la "Casa de las Escobas". ¿Me prestas algo?

Nathan percibió que su cuerpo recuperaba todo el calor después de haber caído en aguas heladas. Nunca había sentido tanto miedo de sus amigos. La cara de Adrien le había hecho creer que estaba molesto, por haberlo descubierto mirando a Aly más de lo que debería; pero resultaba ser que solo había estado siendo paranoico. Como de costumbre, el chico necesitaba algo más de dinero. Dejó escapar un gran suspiro acompañado de una media sonrisa, que le dio esperanzas al necesitado.

—Alyssa dijo...

—Ya sé lo que ella dijo. ¿Vas a ponerte de su lado? Esto se trata de hermandad, hombre a hombre.

—Ya, ya. No tienes que ponerte tan romántico —bromeó Nate—. Toma esto.

—Eres el mejor, Dankworth —aseguró, alejándose del muchacho tras arrebatarle el dinero de los dedos— Ahora solo necesito que cuides a Aly mientras intento algo con Sephy. Ah, —Se volteó— otra cosa. No te preocupes, no le diré a Allen lo que estabas mirando.

Nathan perdió todos los colores de la cara. Su paranoia había estado en lo cierto. Por suerte, Adrien era más relajado cuando se trataba de Alyssa. Si Allen lo hubiese visto, ya tuviese uno o los dos ojos morados a cortesía de su mejor amigo. Sin poder sonreír ni siquiera con nervios, Nate se despidió con un gesto neutral y se encaminó hacia donde estaban las chicas. Llevarse a Aly fue fácil. "Tenemos que hablar" siempre era una frase efectiva para que los que no estaban implicados se marcharan de inmediato. El problema era que no sabía de qué tenían que hablar.

Una vez más se las arreglaban para quedarse solos. Aunque su sonrisa era divertida, los ojos de la joven indicaban cierta molestia. Llevaban cerca de veinte minutos explorando el parque y aun no se animaban a sacar un tema a colación. No era normal.

—Lamento que hayamos peleado —dijo ella por fin.

—Lo sé, yo también.

—Lamento aún más que haya sido por una estupidez. Pero tú debiste haberme mencionado que tenías novia. Pensé que nos decíamos todo. ¡Maldición, Nate! Hasta te cuento cuando tengo calambres menstruales.

Resplandor [Hermanos Ceniza I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora