Allen lucía nervioso mientras esperaba sentado en una de las polvorientas sillas del salón, a que su hermana y su mejor amigo regresaran. Llevaban más de una hora fuera y no parecía que fuesen a volver pronto. Nadie le había dicho lo que había pasado, pero no era estúpido. Cierto era que había estado ocupado escondiendo su relación secreta con Lucy, pero eso no significaba que se hubiese perdido de unos detalles demasiado sospechosos. Solo hasta ahora le llegaba la confirmación de sus suposiciones. Nate y Aly estaban teniendo problemas para llevarse bien. Lo cual era bastante serio, porque ellos eran un fuerte unido desde que eran unos niños.
—¡Ya tuve suficiente! —exclamó, poniéndose de pie— Voy a buscarlos y si no han arreglado su problema, los obligaré a hacerlo.
—No creo que ayudes —señaló Lucy—. Podrías empeorarlo.
—¿Por qué? Los conozco, sé cómo manejar esto.
Lucy alzó las cejas y apretó los labios, un aura de incredulidad se infiltró en su rostro y Allen tuvo que fruncir el ceño. No le estaba contando todo lo que sabía.
—Tal vez deberías dejarlos solos por el momento —sugirió la chica.
—Insisto en que...
Allen se interrumpió cuando un ladrido familiar se escuchó detrás de la puerta cerrada del salón.
—Ese es Fenrys —dijo Adrien, caminando hacia la salida—. ¿Por qué...?
Antes de que tuviese tiempo para abrir, la puerta se estremeció contra la pared del local y su hermano mayor emergió a través de la misma. Asher lucía sudoroso y pálido, como si hubiese presenciado horrores que preferiría olvidar. Casi como por reflejo, Adrien adoptó una mueca desdeñosa en el rostro.
—Tendrás tiempo para odiarme y comportarte como un imbécil luego —le aseguró Asher—. Ahora tenemos que salir de aquí. Aly y Nate han desaparecido, y estoy seguro de que están en manos de la Secta Rotmond.
Sephira pareció cobrar vida después de casi un mes en estado apático. Sus ojos refulgieron con rabia, haciendo blanco de la misma al mayor de los Bradford.
—Mi aquelarre será lo que sea, —le espetó— pero no permitiría la existencia de una organización tan retrógrada y atroz. Esa secta pertenece a un pasado muy turbio, sí. Pero ahí se quedó.
—Permite que esté en desacuerdo —soltó Asher, irónico—. Llevo un año detrás de la pista de la Rotmond. Te puedo garantizar que existen, niña.
Allen estaba asombrado. Asher siempre había sido reservado, sus emociones las guardaba para los momentos más privados, por lo general con su familia. Debía estar muy estresado para ponerse a discutir con quien era apenas un rostro vagamente conocido. Por supuesto, el secuestro de su hermana era como para ponerse nervioso. Entonces el peso de la verdad cayó sobre sus hombros con la fuerza de un muro de ladrillos.
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Resplandor [Hermanos Ceniza I]
FantasiaAlyssa, sus hermanos, y su mejor amigo -por el cual siente más de lo que debería- se verán envueltos en misterios que van más allá de sus imaginaciones cuando intenten graduarse del colegio universitario para hechiceros al que asisten. ...