Capítulo 8

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—La magia del idioma es la base de la mal llamada "tecnología" del piercing traductor —recitaba la profesora Verger, con una voz monótona que ya había logrado dormir a varios de sus estudiantes

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—La magia del idioma es la base de la mal llamada "tecnología" del piercing traductor —recitaba la profesora Verger, con una voz monótona que ya había logrado dormir a varios de sus estudiantes.

Por el contrario que el resto de la clase, Alyssa se esforzaba por mantenerse atenta y aprender absolutamente todo lo que pudiera. Había transformado en su meta el no volver a caer en el papel de la damisela en apuros. Se convertiría en una poderosa hechicera que haría a sus enemigos pensarlo dos veces antes de atacarla.

—El piercing traductor fue inventado por el ilustre mago Nelsen Villeforte —continuaba la profesora, mientras Aly luchaba por regresar sus pensamientos a la clase, tocando con delicadeza su propio piercing—. Su objetivo era unir a la gran comunidad mágica en una sola sociedad. Una donde el lenguaje materno de cada hechicero no constituyera una barrera...

—Esto parece una clase de Historia de la Magia Medieval —murmuró con fastidio uno de los estudiantes.

Alyssa le dirigió una mirada implacable. El chico se sintió amenazado por la expresión asesina de la muchacha, por lo que decidió guardar silencio sin protestar.

—Al inicio, los magos debimos usar múltiples aretes perforadores. Uno para cada idioma que quisiéramos comprender. Sin embargo, con el paso de los años, el maestro Villeforte perfeccionó su hechizo para que solo tuviésemos que colocarnos una de esas joyas, no diez o doce.

La risa de la profesora sonó solitaria y fuera de lugar, porque ninguno de los presentes en el salón la acompañó, ni siquiera Alyssa. La chica se avergonzó casi tanto como la mujer, que regresó a su relato con el rostro colorado.

—En fin, he aquí la importancia de nuestro artefacto mágico más utilizado en estos días. Ahora necesito que todos se retiren sus piercings. Vamos a comenzar la clase de Idiomas de hoy.

Aly tardó varios minutos en decidirse a quitarse el pequeño arete. Cuando por fin lo hizo, le sorprendió encontrarse aturdida en medio del salón. Un gran número de sus compañeros hablaba en idiomas desconocidos para ella. Los más frustrantes eran los elfos y las hadas, cuya lengua era bastante difícil de comparar con otras.

Se disponía a decir unas palabras cuando un ruido de explosión, seguido de la alarma del colegio interrumpieron la clase.

—Permanezcan sentados —ordenó la profesora—. Seguramente ha ocurrido un accidente en los laboratorios de alquimia.

Los estudiantes no tuvieron problema para creerlo. Algunos de sus compañeros eran muy imprudentes a la hora de manejar los materiales de trabajo. No hubiesen sospechado que algo andaba mal de no ser por el comunicado de la decana, segundos más tarde.

«Todos los estudiantes a sus dormitorios. Se suspenden las clases hasta mañana.»

La indicación se repitió hasta que todos los presentes en el edificio principal estuvieron enterados y seguros de que no era un simulacro. Aly encontró a Adrien en el pasillo. Nathan y Allen se les unieron poco después. Todos estaban sorprendidos y deseosos de conocer la razón que les había dado el resto del día libre.

Resplandor [Hermanos Ceniza I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora